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lunes, 29 de noviembre de 2010

AGUSTINI, Delmira. EXÉGESIS



¡Pobres lágrimas mías las que glisan
a la esponja sombría del Misterio,
sin que abra en flor como una copa cárdena
tu dolorosa boca de sediento!

¡Pobre mi corazón que se desangra
como clepsidra trágica en silencio,
sin el milagro de inefables bálsamos
en las vendas tremantes de tus dedos!

¡Pobre mi alma tuya, acurrucada
en el pórtico en ruinas del recuerdo,
esperando de espaldas a la Vida
que acaso un día retroceda el Tiempo...!

domingo, 28 de noviembre de 2010

FALCO, Liber. A PEDRO PICCATO


Te veo un ángel,
de hueso, piel y carne florecido,
ojos de lince y aldabón de sienes
golpeando en las puertas del olvido.

Y más lejos te veo,
en una blusa azul y proletaria,
de blusa azul
con tus ojos claramente azules,
hablando con muchachas
de blusa azul
y azul de fondo el cielo.

Luego te vas por una calle solo,
y en una cuarta, quinta o sexta puerta
preguntas por un niño,
que no nació, y nacerá mañana

Ese niño eres tu. Y te vas alegre.
Porque mañana es Mañana,
y detras de las puertas
definitivamente,
contestan camaradas.

Publicado en ''Gaceta de Cultura''. Montevideo, enero-febrero de 1956 No.6-7

DE MORAES, Vinicius, MUJER AL SOL



 
Una mujer al sol es todo mi deseo,
viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz
y la flor de los labios abierta para el beso
y en la piel refulgente el polen de la luz.

Una hermosa mujer, los senos en reposo
y caliente de sol, nada más se precisa.
El vientre terso, el pelo húmedo y una sonrisa
en la flor de los labios, abierta para el gozo.

Una mujer al sol sobre quien yo me arroje
y a quien beba y me muerda y con quien me lamente,
y que al someterse se enfurezca y solloce,

e intente rechazarme, y que al sentirme ausente
me busque nuevamente y se quede a dormir
cuando yo, apaciguado, me disponga a partir.

sábado, 27 de noviembre de 2010

SABINES, Jaime. ES LA SOMBRA DEL AGUA...



Es la sombra del agua
y el eco de un suspiro,
rastro de una mirada,
memoria de una ausencia,
desnudo de mujer detrás de un vidrio.

Está encerrada, muerta -dedo
del corazón, ella es tu anillo-,
distante del misterio,
fácil como un niño.

Gotas de luz llenaron
ojos vacíos,
y un cuerpo de hojas y alas
se fue al rocío.

Tómala con los ojos,
llénala ahora, amor mío.
Es tuya como de nadie
tuya como el suicidio.

Piedras que hundí en el aire,
maderas que ahogué en el río,
ved mi corazón flotando
sobre su cuerpo sencillo.

viernes, 26 de noviembre de 2010

DE MORAES, Vinicius. DEL DEMASIADO AMOR


Quiero llorar porque te amé demasiado,
quiero morir porque me diste la vida,
ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz?
Será que todo lo que hay en mí
sólo quiere decir saudade…
Y ya ni sé lo que va a ser de mí,
todo me dice que amar será mi fin…
Qué desespero trae el amor,
yo que no sabía lo que era el amor,
ahora lo sé porque no soy feliz.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

AGUSTINI, Delmira. BOCETO INCONCLUSO

    

A veces, cuando el amado y yo soñamos en silencio,
-un silencio agudo y profundo como el acecho
de un sonido insólito y misterioso-
siento como si su alma y la mía corrieran lejanamente,
por yo no sé qué tierras nunca vistas,
en un raudal potente y rumoroso...

martes, 23 de noviembre de 2010

ORTIZ VARGAS, Alfredo. Del Libro CREPÚSCULOS LLUVIOSOS

REPERTORIO AMERICANO.Cuadernos de cultura hispana
San José, Costa Rica,15 de julio de 1952. No. 1139                                                    
                                   

Poeta, quien sabe
que antiguo destino
torció de tu nave
el rumbo marino.
Mañana lo mismo
que todos los días:
lirismo, lirismo
y melancolías.
......................
Y vives la vida
magnífica y loca,
sangrando la herida
y un verso en la boca.
.......................
Loco, nada importa
tu exigua ansiedad.
La vida es tan corta
para la verdad!
......................
Todo lo perdiste
corazón sonoro
menos lo que diste.
........................
También el verso me abandona,
la vela en fuga y la mujer;
se siente el alma desasida
de todo, ''menos del ayer''.
......................
Te soñé en la distancia de las horas antiguas,
cuando nunca te viera; y hoy acaso es un sueño
encontrarte tan blanca, con tus pálidas manos
enflorando la ruta de mi lírico empeño.
........................
Eres fría y pagana y perfecta. El hechizo lunar
prpfundiza en los piélagos de tus ojos glaciares
el dolor de las diosas, ¡ que no pueden pecar!
                                    
                                               

ORTIZ VARGAS, Alfredo. INÚTIL CANCIÓN

REPERTORIO AMERICANO. Cuadernos de Cultura Hispana.
Costa Rica, 1952, Martes 15 de Julio. No. 1139

Me arrojaron viejo, mis viejos abuelos
a esta prolongada ''tortura del mundo''.
Quizá fui el pecado de sus desconsuelos
y mis desconsuelos me hicieron profundo.

Quizá en años fieros su fina entereza
se dobló en los lechos de las cortezanas,
y de un maridaje de ardor y tristeza
surgieron confusas mis nuevas mañanas.

Quizá las virtudes de hurañas devotas
moldearon mi psique con sal de de histerismo;
..........................................................................
Abuelos creyentes, blasfemos y locos
mis versos aroman en vuestra locura;
por ellos se filtran un poco y mil pocos
de miel de querencias y miel de amargura.
..............................................................
Quizá... una mañana del tiempo lejano
las quillas hendieron los mares inciertos.
Hoy ven vuestros ojos la faz del Arcano:
abuelos, decidme, ¿se mueren los muertos?

domingo, 21 de noviembre de 2010

DE IBARBOUROU, Juana. HORA MORADA


¿Que azul me queda?
¿En qué oro y en qué rosa me detengo,
qué dicha se hace miel entre mi boca
o qué río me canta frente al pecho?
Es la hora de la hiel, la hora morada
en que el pasado, como un fruto acedo,
sólo me da su raso deslucido
y una confusa sensación de miedo.
Se me acerca la tierra del descanso final,
 bajo los árboles erectos,
los cipreses aquellos que he cantado
y veo ahora en guardia de los muertos.
Amé, ay Dios, amé a hombres y bestias
y sólo tengo la lealtad del perro
que aún vigila a mi lado mis insomnios
con sus ojos tan dulces y tan buenos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

BENEDETTI, Mario. ENTRE DOS VACÍOS (últimos versos)



Si uno piensa en la nada que lo precedió
no puede evitar un desasosiego
 que nos va cortando tajadas de vida
no es fácil concebir dónde estarán
los insomnios las lágrimas, los goces
todo eso que estuvo en nuestras manos
y que creímos era para siempre
al fin comprendimos que la eternidad
era una rendija entre dos sombras
todo se va pero no siempre vuelve
abracemos eso que tuvimos y
 que acaso tenemos todavía
miro hacia atrás y poco veo miro
hacia delante y es la niebla
admito que estoy entre dos vacíos
con prudencia marco bien
 las huellas por donde regresaré
con mi nostalgia pondré atención
porque el paisaje es mío
y yo quiero viajar con mi paisaje

jueves, 18 de noviembre de 2010

BENEDETTI, Mario. LOS LIBROS


(Fachada de la Biblioteca Nacional del Uruguay)


Quiero quedarme en medio de los libros
vibrar con Roque Dalton con
Vallejo y Quiroga
ser una de sus páginas
la más inolvidable
y desde allí juzgar al pobre mundo
no pretendo que nadie me encuaderne
quiero pensar en rústica
con las pupilas verdes de la memoria franca
en el breviario de la noche en vilo
mi abecedario de los sentimientos
sabe posarse en mis queridos nombres
me siento cómodo entre tantas hojas
con adverbios que son revelaciones
sílabas que me piden un socorro
adjetivos que parecen juguetes
quiero quedarme en medio de los libros
en ellos he aprendido a dar mis pasos
a convivir con mañas y soplidos vitales
a comprender lo que crearon otros
y a ser por fin este poco que soy

martes, 16 de noviembre de 2010

SABINES, Jaime. PASA EL LUNES




Pasa el lunes y pasa el martes
y pasa el miércoles y el jueves y el viernes
y el sábado y el domingo,
y otra vez el lunes y el martes
y la gotera de los días sobre la cama donde se quiere
dormir,
la estúpida gota del tiempo cayendo sobre el corazón
aturdido,
la vida pasando como estas palabras.
lunes, martes, miércoles,
enero, febrero, diciembre, otro año, otro año, otra vida.
La vida yéndose sin sentido, entre la borrachera y la conciencia,
entre la lujuria y el remordimiento y el cansancio.

Encontrarse, de pronto, con las manos vacías,
con el corazón vacío,
con la memoria como una ventana hacia la obscuridad,
y preguntarse: ¿qué hice?, ¿qué fui?, ¿en donde estuve?
Sombra perdida entre las sombras,
¿cómo recuperarte, rehacerte, vida?

Nadie puede vivir de cara a la verdad
sin caer enfermo o dolerse hasta los huesos.
Porque la verdad es que somos débiles y miserables
y necesitamos amar, ampararnos, esperar, creer y
afirmar.
No podemos vivir a la intemperie
en el solo minuto que nos es dado.
¡Qué hermosa palabra "Dios", larga
y útil al miedo, salvadora!
Aprendemos a cerrar los labios del corazón
cuando quiera decirla,
y enseñémosle a vivir en su sangre,
a revolcarse en su sangre limitada.

no hay más que esta ternura que siento hacia ti,
engañado,
porque algún día vas a abrir los ojos
y mirarás tus ojos cerrados para siempre.
no hay más que esta ternura de mí mismo
que estoy abierto como un árbol,
plantado como un árbol, recorriéndolo todo.

He aquí la verdad: hacer las máscaras,
recitar las voces, elaborar los sueños,
Ponerse el rostro del enamorado,
la cara del que sufre,
la faz del que sonríe,
el día lunes, y el martes, y el mes de marzo
y el año de la solidaridad humana,
y comer a las horas lo mejor que se pueda,
y dormir y ayuntar,
y seguenando ocultamente para el evento final
del que no habrá testigos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

GALEANO, Eduardo. LA NACIONALIZACIÓN DE LOS MUROS, RIVERA, OROZCO Y ZIQUEIROS.



Memorias del fuego III. El siglo del viento. (Fragmento de la Trilogía) .

La nacionalización de los muros
El arte de caballete invita al encierro. El mural, en cambio, se ofrece a la multitud que anda. El pueblo es analfabeto, sí, pero no ciego: Rivera, Orozco y Siqueiros se lanzan al asalto de las paredes de México.
 Pintan lo que nunca: sobre la cal húmeda nace un arte de veras nacional, hijo de la revolución mexicana y de estos tiempos de partos y funerales.
El muralismo mexicano irrumpe contra el arte enano, castrado, cobarde, de un país entrenado para negarse.
 Súbitamente las naturalezas muertas y los difuntos paisajes se hacen realidades locamente vivas y los pobres de la tierra se vuelven sujeto de arte y de historia en vez de objetos de uso, desprecio o compasión.
A los muralistas les llueve agravios. Elogios, ni uno. Pero ellos continúan, impávidos, trepados a los andamios, su tarea. Dieciséis horas diarias sin para trabaja Rivera, ojos y buche de sapo, dientes de pez. Lleva una pistola al cinto: -Para orientar a la crítica- dice.

Diego Rivera

Pinta a Felipe Carrillo Puerto, redentor de Yucatán, con un balazo en pleno pecho pero alzado ante el mundo, resucitado o no enterado de su propia muerte, y pinta a Emiliano Zapata sublevando pueblo, y pinta al pueblo: todos los pueblos de México, reunidos en la epopeya del trabajo y la guerra y la fiesta, sobre mil seiscientos metros cuadrados de paredes de la Secretaria de Educación.
 Mientras va cubriendo de colores el mundo, Diego se divierte mintiendo. A quien quiera escucharlo cuenta mentiras tan colosales como su panza y su pasión de crear y su voracidad de mujerófago insaciable.
Hace apenas tres años que ha vuelto de Europa. Allá en Paris, Diego fue pintor de vanguardia y se harto de los ismos; y cuando ya estaba apagándose, pintando nomás por aburrimiento, llego a México y recibió las luces de su tierra hasta incendiarse los ojos.

Orozco

Diego Rivera redondea, José Clemente Orozco afila. Rivera pinta sensualidades, cuerpos de carne de maíz, frutas voluptuosas; Orozco pinta desesperaciones, cuerpos huesudos y desollados, un maguey mutilado que sangra.
 Lo que en Rivera es alegría, en Orozco es tragedia. En Rivera hay ternura y radiante serenidad; en Orozco, severidad y crispación.
 La revolución mexicana de Orozco tiene grandeza, como la de Rivera; pero donde Rivera nos habla de esperanza, Orozco parece decirnos que sea quien robe el sagrado fuego a los dioses, lo negara a los hombres.

Siqueiros

Huraño es Orozco, escondido, turbulento hacia adentro. Espectacular ampuloso, turbulento hacia fuera es David Alfaro Siqueiros. Orozco practica la pintura como ceremonia de la soledad. Siqueiros pinta por militancia de la solidaridad. No hay mas ruta que la nuestra, dice Siqueiros. A la cultura europea, que considera enclenque, opone su propia energía musculosa. Orozco duda, desconfía de lo que hace. Siqueiros embiste, seguro de que su patriótica arrogancia no es mala medicina para un país enfermo de complejos de inferioridad.

«El pueblo es el héroe de la pintura mural mexicana»
dice Diego Rivera:

''La verdadera novedad de la pintura mexicana, en el sentido en que la iniciamos con Orozco y Siqueiros, fue hacer del pueblo el héroe de la pintura mural. Hasta entonces los héroes de la pintura mural habían sido los dioses, los ángeles, los arcángeles, los santos, los héroes de la guerra, los reyes y emperadores y prelados, los grandes jefes militares y políticos, apareciendo el pueblo como el coro alrededor de los personajes estelares de la tragedia…''

viernes, 12 de noviembre de 2010

BENEDETTI, Mario. SEIS VERSOS





''Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles''

jueves, 11 de noviembre de 2010

PAZ, Octavio. EL SEDIENTO



Por buscarme, Poesía, en ti me busqué:
deshecha estrella de agua,
se anegó en mi ser.
Por buscarte, Poesía,
en mí naufragué.

Después sólo te buscaba
por huir de mí:
¡espesura de reflejos
en que me perdí!

Mas luego de tanta vuelta
otra vez me ví:
el mismo rostro anegado
en la misma desnudez;
las mismas aguas de espejo
en las que no he de beber;
y en el borde del espejo,
el mismo muerto de sed.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

TAMAYO, Rufino. OBRAS. TEXTO Ureña Rib, Fernando








 INTENSIDAD DRAMÁTICA EN LA PINTURA MEXICANA. UREÑA RIB, Fernando


RUFINO TAMAYO inyecta una dramática intensidad a sus pinturas, realizadas simultáneamente con sobriedad y humor, con fuerza y sutileza, y sobre todo con una plena consistencia de los recursos visuales de la imagen. El pintor mexicano se vale de técnicas precisas para ahondar en  las superficies del lienzos, rayándolas, acariciándolas y finalmente desbordando en ellas pasiones contenidas. 
Pero lo que más impresiona al espectador es la valentía con la que el pintor destruye y reconstruye la anatomía humana, exaltando y agigantando ciertos aspectos de su interés y disolviendo, con jugosas mezclas de color, la escena en un ambiente que da énfasis a lo teatral, a la ampulosidad de la expresión y de las formas. Hombres y mujeres de atormentada existencia navegan en las aguas de su dolor de modo contemplativo o asumiendo posturas de enérgico combate. La complejidad de la composición es soslayada ante la imposición dramática de los aspectos  gestuales de la expresión.

GEFFRÉ, Lucie. WARMI



Excelente obra de Lucie Geffré, seleccionada en el Certamen Nacional de Pintura de Torrejón Ardoz (Madrid)

WARMI, Significa ''mujer'' en Aymara (dialecto boliviano). Bolivia. Patria de la modelo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

CORTAZAR, Julio. EL BREVE AMOR



Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en le espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos ?)

jueves, 4 de noviembre de 2010

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CORTAZAR, Julio. LOS AMIGOS



En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

martes, 2 de noviembre de 2010

PAZ, Octavio. PRIMAVERA A LA VISTA



Pulida claridad de piedra diáfana,
lisa frente de estatua sin memoria:
cielo de invierno, espacio reflejado
en otro más profundo y más vacío.

El mar respira apenas, brilla apenas.
Se ha parado la luz entre los árboles,
ejército dormido. Los despierta
el viento con banderas de follajes.

Nace del mar, asalta la colina,
oleaje sin cuerpo que revienta
contra los eucaliptos amarillos
y se derrama en ecos por el llano.

El día abre los ojos y penetra
en una primavera anticipada.
Todo lo que mis manos tocan, vuela.
Está lleno de pájaros el mundo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

ESPINOZA, Zoé. PINTAME





Pintame con luces de colores
y dejá el blanco y negro
para días tristes,
de lluvia
para que mi alma se desahogue
de dolores,
de mañanas sin risas,
de tardes vacías.

Pintame tal y como me veás
y dejame los ojos con brillo,
dibujá bien mis manos
y borrá lo que esté un poco desordenado
en lo más profundo de mi vientre.

Pintame al atardecer
cuando soplen esos vientos
con versos nuevos,
cuando me pregunten
por que es así mi alma
y no podré explicar
con palabras
de unas cuantas letras negras
dibujadas en mi pedazo de papel.

Pero te digo
que si me pintás
en blanco y negro
verás que lo que has dibujado
no se parece a lo que estas viendo
pero sí,
dibujá bien mis manos
porque en ellas guardo
todo este secreto
que llevo por dentro.