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domingo, 31 de octubre de 2010

BENEDETTI, Mario. ARCO IRIS



A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.

sábado, 30 de octubre de 2010

CERNUDA LUIS. Cómo llenarte, soledad





Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.

viernes, 29 de octubre de 2010

STORNI, Alfonsina. INDOLENCIA





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A pesar de mí misma te amo; eres tan vano
como hermoso, y me dice, vigilante, el orgullo:
«¿Para esto elegías? Gusto bajo es el tuyo;
no te vendas a nada, ni a un perfil de romano»

Y me dicta el deseo, tenebroso y pagano,
de abrirte un ancho tajo por donde tu murmullo
vital fuera colado... Sólo muerto mi arrullo
más dulce te envolviera, buscando boca y mano.

?¿Salomé rediviva? ?Son más pobres mis gestos.
Ya para cosas trágicas malos tiempos son éstos.
Yo soy la que incompleta vive siempre su vida.

Pues no pierde su línea por una fiesta griega
y al acaso indeciso, ondulante, se pliega
con los ojos lejanos y el alma distraída.

jueves, 28 de octubre de 2010

BORGES, Jorge Luis.PEDRO FIGARI


 

Cuando la temeraria hospitalidad de los editores me convidó a molestar esta suficiente demostración de la obra de Figari con un comentario verbal, mi primer movimiento fue de gratitud, mi segundo de aceptación, mi tercero de fuga. Consideré lo intruso de mi voz en materia pictórica, fui visitado de temores que creí razonables. Reflexioné después que la casi inmejorable ignorancia de la pintura que todos me conocen, versa íntegramente sobre la técnica, y eso me recordó la única técnica de que poseo algunas noticias, la literaria . Me consta, como escritor que soy, que esa encarecida disciplina -contacto de palabras dispares, asombro de metáforas, puntuación ocasional de ternuras, fingimiento de seguridad en lo intelectual por el empleo de fórmulas precisa es un asequible repertorio de habilidades, de fácil adquisición a plazos y uso agradable, pero indigno de una reverencia mayor. De ese carácter meramente habilidoso de la literatura, nadie suele mucho dudar. Su prueba está en el acento denigrativo de la palabra retórica; su dilucidación, en el hecho de que siendo literatos todos los hombres -pues argumentar o conmover o narrar no son menos literatura que escribir y suelen producirse mejor- saben lo tratable que es y lo desacertado de imputar difíciles méritos a los versados en ella. Esa pretendida insustancialidad de una de las artes -y de la más practicada, vale decir de la de mayores oportunidades de complejidad- abona la presunción de que no son de mayor misterio las otras y de que las retóricas de la plástica, de la música y de la pintura, son tan subalternas como ella. Por eso, creo que mi famosa ignorancia no me descapacita.
He mirado con frecuente amor esas telas. Yo quisiera preciarme aquí (orgullo mínimo) de no incidir en las dos tentaciones de ociosidad que están merodeándome. Una es describir esas telas: vale decir, disipar realidades visuales en palabras meramente aproximativas, operación no menos improcedente que su recíproca de incorporar figuras a un texto, y casi tan arriesgada en su traslación como lo sería la versión en música de un perfume. (Todo es lenguaje: todo puede ser conversación de almas al alma, aunque no falte supersticioso que crea que el andar de George Bancroft es lenguaje menor que las elocuencias del conferencista de turno). Otra es postular en la obra, lo que solamente es propio de la temática. Admitir, por ejemplo, que cualquiera representación de niñas es delicada y de limoneros es agria y de espadas hiere. Yo intentaré, ignoro si con favorable fortuna, optar por equivocaciones distintas.
Figari, pinta la memoria argentina. Digo argentina y esa designación no es un olvido anexionista del Uruguay, sino una irreprochable mención del Río de la Plata que, a diferencia del metafórico de la muerte, conoce dos orillas: tan argentina la una como la otra, tan preferidas por mi esperanza las dos. Memoria es implicación de pasado. Yo afirmo -sin remilgado temor ni novelero amor de la paradoja- que solamente los países nuevos tienen pasado; es decir, recuerdo autobiográfico de él; es decir, tienen historia viva. Si el tiempo es sucesión, debemos reconocer que donde densidad mayor hay de hechos, más tiempo corre y que el más caudaloso es el de este inconsecuente lado del mundo. La conquista y la colonización de estos reinos -cuatro fortines temerosos de barro prendidos en la costa y vigilados por el pendiente horizonte, arco disparador de malones- fueron de tan efímera operación que un abuelo mío, en 1872, pudo comandar la última batalla de importancia contra los indios, realizando, después de la mitad del siglo diez y nueve, obra conquistadora del diez y seis. Sin embargo, -a qué traer destinos ya muertos? Yo no he sentido el liviano tiempo en Granada, a la sombra de torres cientos de veces más antiguas que las higueras y sí en Pampa y Triunvirato: insípido lugar de tejas anglizantes ahora, de hornos humosos de ladrillos hace tres años, de potreros caóticos hace cinco. El tiempo -emoción europea de hombres numerosos de días, y como su vindicación y corona- es de más impudente circulación en estas repúblicas. Los jóvenes, a su pesar lo sienten. Aquí somos del mismo tiempo que el tiempo, somos hermanos de él.
Hablé de la memoria argentina y siento que una suerte de pudor defiende ese tema y que abundar en él es traición. Porque en esta casa de América los hombres de las naciones del mundo se han conjurado para desaparecer en el hombre nuevo, que no es ninguno de nosotros aún y que predecimos argentino, para irnos acercando así a la esperanza. Es una conjuración de estilo no usado: pródiga aventura de estirpes, no para perdurar sino para que las ignoren al fin: sangres que buscan noche. El criollo es de los conjurados. El criollo que formó la entera nación, ha preferido ser uno de muchos, ahora. Para que honras mayores sean en esta tierra, tienen que olvidar honras. Su recuerdo es casi un remordimiento, un reproche de cosas abandonadas sin la intercesión del adiós. Es recuerdo que se recata, pues el destino criollo así lo requiere, para la cortesía y perfección de su sacrificio . Figari es la tentación pura de ese recuerdo.
Esas inmemorialidades criollas -el mate compartido de la amistad, la caoba que en perenne hoguera de frescura parece arder, el ombú de triple devoción de dar sombra, de ser reconocido de lejos y de ser pastor de los pájaros, la delicada puerta cancel de hierro, el patio que es ocasión de serenidad, rosa para los días, el malón de aire del viento sur que deja una flor de cardo en el zaguán- son reliquias familiares ahora. Son cosas del recuerdo, aunque duren, y ya sabemos que la manera del recuerdo es la lírica. La obra de Figari es la lírica.
La misma brevedad de sus telas condice con el afecto familiar que las ha dictado: no sólo en el idioma tiene connotación de cariño el diminutivo. Esa, también, puede ser la íntima razón de su gracia: es uno de los riesgos generosos de la pasión el bromear con su objeto, y es modestia del criollo recatar en burla el sentir. La publicidad de la épica y de la oratoria nunca nos encontró; siempre la versión lírica pudo más, Ningún pintor como Figari para ella. Su labor -salvamento de delicados instantes, recuperación de fiestas antiguas, tan felices que hasta su pintada felicidad basta para rescatar el pesar de que ya no sean, y de que no seamos en ellas- prefiere los colores dichosos. Es enteramente de noticias confidenciales, de magias, de diabluras. Sus protagonistas -el unitario afantasmado por la zozobra, el notorio chaleco punzó del buen federal, el negro que se esconde en la zafaduría, en el coraje y en el bochinche como para que no miren que es negro, el compadre deshecho, relampagueando en líneas quebradas, el paredón sin revocar, el campo, la luna,- viven como en los sueños, sobreviven como en la música de ese ayer. Sólo las tiernas y minuciosas noticias de Carlos Enrique Pellegrini pueden equiparársele.
Esto es lo que yo quería decir. Figari, presente en méritos de luz, está en las páginas siguientes que absuelven este prefacio inútil.
Publicado en Editorial Alfa, Buenos Aires 1930

lunes, 25 de octubre de 2010

FIGARI, PEDRO. HOMENAJE













RODÓ, José Enrique.

Yo os ruego que defendáis, en la milicia de la vida,
contra la mutilación de vuestro espíritu por la

tiranía de un objetivo único e interesado.

No entreguéis nunca a la utilidad o a la

pasión sino una parte de vosotros.

Cita de ARIEL

domingo, 24 de octubre de 2010

RODO. José Enrique (Motivos de proteo: Renovarse es vivir)



La filosofía digna de almas fuertes es la que enseña que del mal irremediable ha de sacarse
la aspiración a un bien distinto de aquel que cedió al golpe de la fatalidad; estímulo y objetivo
para un nuevo sentido de la acción, nunca segada en sus raíces.

JOSE CARBAJAL. EL SABALERO. La muerte



ESCRITA EN SU EXILIO EN MEJICO Y POR LO MISMO CON SU INFLUENCIA

JOSE CARBAJAL. EL SABALERO. Borracho pero con flores

JOSE CARBAJAL. EL SABALERO. No te vayas nunca compañera



HOMENAJE A QUIEN ME EMBELESÓ EL ALMA CON ESTA CANCIÓN, ENTRE OTRAS DE SU REPERTORIO..............NO TE VAYAS NUNCA ''COMPAÑERO''...............

jueves, 21 de octubre de 2010

JOSE CARBAJAL. EL SABALERO. CHIQUILLADA


HOMENAJE Y GRACIAS POR LAS MILLONES DE VECES QUE LA ESCUCHÉ, ME EMOCIONÉ ........y seguiré haciéndolo

martes, 19 de octubre de 2010

jueves, 14 de octubre de 2010

RODRIGUEZ CASTILLO,OSIRIS. Serenata




Sucedió una noche de hace ya... cien años:
Pablo Luna, un mozo "tapao" -un misterio-
llegó con su carga de amor y de agravios
por un rumbo oscuro... borrado en el tiempo.

Pulsó su guitarra, como alucinado;
creció un grillerío de fiebre y tormento,
y su serenata de adios, en el patio,
subió a la ventana de los jazmineros:

"Escúchemé, moza.
La recuerdo tanto...
sin que usté lo sepa... pa' mí... y en secreto,
que su nombre, en cada terrón de mi rancho,
florece en mis noches; guitarra... y silencio...

Guitarra y silencio le nuembran...
Mi canto,
ni se alza de humilde... tristón... y nochero...
y en cuantito quiere rumbiar a lo pájaro, ç
le corto las alas... y lo a'ugo en el pecho.

-...Yo no quiero, moza, que se alce mi canto,
sabe?
... No sea cosa que lo lleve el viento,
y ande esparramando -semillas de cardo-
"l'azul y espinosa tristeza que tengo!

Semilla'e cariño, se riega con llanto.
No es cuestión de hacerlo medianero al viento,
sembrador dispuesto pero... chambonazo!
...Capaz de sembrarlas en tierra'e disprecio.
Pa' que naide sepa que la quiero tanto,
cerca suyo ni alzo los ojos del suelo
y ansí, cuando baila, yo voy cosechando
las flores menudas de sus zarandeos!

Con ellas, ya tengo pa'dir salpicando
mis noches más largas, de merino negro,
cuando las garugas me aprietan los párpados
y me quiebra el'ala del sombrero el viento...

D'ellas, saco mieles pa' endulzar mi amargo.
Con ellas se me hace chapeao el apero.
Por ellas, a veces, me tiemblan las manos
cuando las deshojo mendigando un sueño...

No me olvide ahora que me voy del pago...
Que haiga una nadita'e favor pa'l trovero!
Sólo una mirada... pa' alumbrar un largo
camino'e tiñeblas priendido al cabresto...

Me voy... -sombra y noche-. Me voy - pluma y canto-.
Me voy -lluvia y río-. Me voy -nube y viento-.
Me voy con mi pena vestida de blanco
sentada en el anca de mi parejero!".

.........................................

Dice la leyenda, que aquella ventana
no abrió una rendija de luz para el sueño,
y el cantor matrero, silencio y guitarra,
se perdió en la noche...
guitarra... y silencio!

miércoles, 13 de octubre de 2010

CARLOS GARDEL


El mago, tomando mate en Paysandú...

martes, 12 de octubre de 2010

sábado, 9 de octubre de 2010

JARDIM, Altamides. CIELO Y RAÍZ



Homenaje a un Profesor de Literatura y Poeta salteño

ANEFF. Tres Pinturas







domingo, 3 de octubre de 2010

PABLO ATCHUGARRY.Museo de Artes Visuales
















GUILLEN, Nicolás. CANCIÓN DEL REGRESO.

A Jorge Amado (Dedicado a mi padre)



¿Conoces tu

la tierra del arroz y del bambú?

¿No lo conoces tu?

Yo vengo de Pekín.

Pekín

sin Mandarín

ni palanquín.

Yo vengo de Shanghai

No hay

ni un yanqui en Shanghai.

Allá

la vida en flor está.

Se ve

la vida puesta en pie

¡Canta conmigo, amigo,

y di como yo digo!

No hay ni un yanqui ya en Shanghai.

Pekín

enterró al mandarín.

¡Corre a ver tú

la tierra del arroz y del bambú!

sábado, 2 de octubre de 2010

JULIO SUAREZ. La Puerta Abierta


Publicado en ''LA GACETA URUGUAYA'' Montevideo. Uruguay. Julio 22 de 1953. Año I. No. 6
Director Responsable : Jesualdo

POETAS NOVELES. Tres poetas latinoamericanos


Poemas publicados en ''GACETA DE CULTURA'' Publicación mensual. Año I Montevideo, Enero-Febrero de 1956. No. 6-7

WALT WHITMAN. Saludo al Mundo


Portada y último verso de ''Saludo al Mundo''. Walt Whitman

CLARA SILVA. Homenaje a Pablo


Poema publicado en GACETA DE CULTURA Publicación mensual. Año I. Montevideo, Enero-Febrero de 1956. No. 6-7

DE IBARBOUROU, Juana. CENIZAS

..........
Y del pino inmenso, ya ves lo que queda.
Yo, que soy tan pequeña y delgada,
¡Que montón tan chiquito de polvo
Seré cuando muera!

LA GACETA URUGUAYA.


Página de ''LA GACETA URUGUAYA''. Año I. No. 6. Montevideo.Uruguay. Julio 22 de 1953. Director Responsable: Jesualdo

LIBER FALCO Y SU POESÍA.



ALBA
Yo he visto a esta mujer.
La he sentido latir entre mi sangre.
Frente de harina. Pan sin nombre.
Yo he visto a esta mujer,
como a mi madre misma.
Mujer, ¿Quien levantó tu carne desde dentro,
para hacerte tan tierna la mejilla,
tan como lirio bueno,
como flor de ternura?
Yo he visto a esta mujer,
a esta, mi madre.
En aquel rancho de arrabal en que nací,
atajaba el frío en las esquinas.
Hoy va al frente de la columna en marcha.
Miseria, bondad, mirada de la ausencia.
Amor.
Pliegue de la bandera.
Asta y bandera
Frente de la harina. Pan sin nombre.
Yo he visto a esta mujer.
Como a mi madre misma,
la he sentido latir entre mi sangre. ( de ''Días y Noches'')

INVITACIÓN
Tengo un atajo en el cielo
por donde solo yo paso.
Pero hoy tu vendrás conmigo,
conmigo vendrás del brazo.
Tú, muchacha, y mis amigos,
todos iremos del brazo.
Tengo un atajo en el cielo.
Vendrás tú, iremos todos.
Todos iremos del brazo. (de '' Andacalles'')


Publicado en ''Gaceta de Cultura'' Publicación Mensual. Año I. Montevideo, Enero-Febrero de
1956. No. 6-7





LA SOMBRA DE SATAN. R. Brenes Mesen


A DONDE VA LA INTELECTUALIDAD URUGUAYA?



Ilustrado con un grabado de G. Capozoli. ''Los Novios''
Publicado en ''GACETA DE CULTURA''. Año I. Nos. 6-7
Montevideo, Enero-Febrero de 1956


RAFAEL ALBERTI. Coplas de Juan Panadero









Coplas de Juan Panadero, recopiladas y ordenadas por Rafael Alberti con ''aleluyas'' de Toño Salazar.


Publicadas en Montevideo, por Ediciones '' Pueblos Unidos''.

PABLO NERUDA. INDIA

Poema de Pablo Neruda, publicado en ''La Gaceta Uruguaya''
Año I. No. 6. Montevideo. Uruguay.
Julio 22 de 1953
Redactor Responsable: Jesualdo

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El poema que hoy publicamos - de forma mas parca, de ritmo mas breve, apenas
metafórico- es un fragmento que integra la unidad de un nuevo libro de perspecti
vas mundiales, empezado en febrero de 1952 en Capri y terminado en Santiago
en junio de 1953. Algunas partes fueron escritas en el ferrocarril transiberiano,
otras a bordo de transatlánticos. En él, su verso épico-lírico se extiende ahora en
un abrazo americano a todos los pueblos de la Tierra. - C.S.

DOS VIAJEROS ILUSTRES.

Estancia en Montevideo de Pablo Neruda y

Jorge Amado.



Publicado en ''Gaceta de Cultura''. Publicación Mensual
Año I. Montevideo. Enero-Febrero de 1956. No. 6-7

DIEGO RIVERA EN MOSCÚ.






DIEGO RIVERA EN MOSCÚ
Publicado en ''GACETA de CULTURA''
Publicación Mensual. Año I. No. 6-7
Montevideo, Enero-Febrero de 1956