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miércoles, 7 de febrero de 2007

AMORIM, Enrique.QUIERO


''me preguntas que quiero y te respondo''
Quiero que las ventanas de mi patria

se abran hacia paisajes conquistados.

La tierra entera para el hombre entero
y el humo acariciando los sembrados.
Quiero caminos con canciones,
quiero
oir mi voz perderse

 entre las voces en el polvo, en el polen.
Las guitarras
templadas en el filo de las hoces.

Entre la muchedumbre
quiero oir
a la mujer cantar
y en labios rojos
las brazas
sin cenizas de sus cantos

y un alba de laureles en los ojos.
Quiero la mano fraternal, tranquila
partiendo el pan sin exigencia alguna.

Quiero un campo oloroso y opulento
sin perros que le ladren a la luna.

Quiero espantar a pálidos fantasmas
que el pasado dejó contra los murosde mi casa de ayer,
quiero vencerlos
con flores frescas
y diamantes puros.

Para tí, para mí,
para el que nace
en el instante
en que esta línea escribo.

Quiero una paz poética perfecta,

la luna, la paloma y el olivo.
La paz cristiana y la pagana.
Quiero
la de la hormiga
que al rosal debora
precisamente,
y la del topo arisco

que desprecia a la aurora,
la del pájaro libre
que en el bosque
primitivo
se esconde

para evitar al hombre que guerrea.
Quiero una paz bajo la lluvia
donde
la suave línea del paisaje
estire
sus frágiles andamios de esmeraldas.
La paz del viento y la del árbol alto
con su carga de sol a las espaldas.
Y la paz de las hojas que nos miran
arar,carpir, sembrar - y hasta escribir -

con ojos verdes de esperanza cierta.
Quiero la paz para vivir sobre el caballo
y junto al perro fiel,
para tí, para mí,
para el que duerme

en el instante en que la Paz invoco,
la dulce paz inerme de la espiga,
del trébol y del hombre.

La de este río y la del amigo lejano,
en tierras donde yacen
huesos
de millones de muertos sin testigo
.
Quiero una paz que la memoria aliente

de los que en vano desaparecieron,
una paz justiciera regida por aquellos
que murieron 
con la esperanza de una vida nueva.
Para las tumbas,
sí, también la quiero

para las alas de una golondrina
y un plato caliente del puchero.
Para tí, para mí, para el que cometrágicamente a solas
mientras caen granadas en Corea
y sangran las heridas españolas.
Y para tí, maestra de los campos

santa madrugadora y tesonera
quiero que no te olviden los que vienen
laborando la paz en primavera.
Vibro con el escudo del colegio
vuelvo a la infancia y en el aula
vibro
en vano hablar de patria

 sin escuelas 
que el arma de los pueblos es el libro.
Quiero aquel libro que se escamotea
en la balumba de las frases hechas

quiero ese libro que se esconde y quema
quiero que se reparta en las cosechas
junto a la trilladora, en el granero
mientras cantan gargantas y poleas
en el rumor del mundo, libro y grano,
libre el trigal y libres las ideas.
Quiero un mundo de puertas sin cadenas
libre la mar, libérrimo el velero.

Cerrojos y candados sumergidos...
 En tus manos las llaves, compañero.
Quiero la paz del grillo
en su nocturna
ilusión infinita,
tan constante
como este quiero
inevitable y claro
que repito anhelante.
Abro mi corazón al responderte

y no cierres el tuyo a mi respuesta.
Oye en la Paz como despierta el pueblo

Súmate a la alegría de la fiesta.
Y no interrogues mas,
ven con nosotros 

a desbrozar la selva hasta el sendero.
Quiero un hermano mas, sencillamente,
ya ves que poco quiero!