Biografía
El poeta rioplatense Bartolomé José Hidalgo nació
en Montevideo el 24 de agosto de 1788; sus padres fueron
Juan Hidalgo y Catalina Jiménez, ambos argentinos. A
raíz de la muerte de su padre, en 1800, debió enfrentar
el mantenimiento de la familia. "Ya he dicho -afirma
Hidalgo- que soy de una familia muy pobre, pero honrada;
que soy hombre de bien y que esto es todo mi
patrimonio." Nada se puede afirmar de su
instrucción, salvo que debió participar de la impartida
por los padres franciscanos, y su propia obra nos
aproxima a su conocimiento de los neoclásicos
españoles, tanto los líricos como los dramáticos, de
acuerdo con las exigencias del gusto de su época. En
1803 aparece como empleado de tienda de don Martín
Artigas, el padre de su gran amigo y compañero, José
Artigas, libertador y jefe de los patriotas uruguayos.
Pasa luego a ser empleado del Ministerio de la Real
Hacienda (1806), por su práctica contable, pero el 20 de
enero de 1807 participa contra los invasores ingleses en
la refriega de El Cardal, luego de haber sentado plaza en
el batallón de milicianos. Vuelto a su puesto
burocrático, en 1811 se vincula con los partidarios de
Artigas, y llega a Paysandú y Salto, luchando contra los
portugueses. Compone en esta fecha su "Himno
Oriental", por cuya causa fue declarado 'benemérito
de la Patria" por el Primer
Triunvirato que formaban Chiclana, Sarratea y Paso. El 30 de enero de 1816, se representó en la Casa de Comedias, su unipersonal 'Sentimiento de un patriota'; y, casi de inmediato, se le nombró Director del mismo teatro." Durante el período netamente artiguista, Hidalgo escribió un segundo unipersonal, "Idomeneo", cuya autenticidad se ha puesto en duda; la "Marcha Nacional", de 1816, al saberse la invasión de Lecor; y el "Cielito Oriental" contra los portugueses, en agosto de ese mismo año. El 27 de enero de 1817 entró Lecor al frente de las tropas portuguesas en Montevideo.
Hidalgo pasó a ser censor de la Casa de Comedias. Su situación se volvía insostenible en esas tierras y así decide en mayo radicarse en Buenos Aires. Aquí publica su "Cielito patriótico para cantar la acción de Maipú", y otro personal, "El triunfo".y año después su "Nuevo diálogo patriótico". El 26 de mayo contrajo matrimonio con una porteña,. Su mayor producción le sigue luego: "Cielito patriótico" ( del ejército libertador del Alto Perú) "Al triunfo de Lima y el Callao"; "Diálogo patriótico interesante"; hasta su última producción "Relación de las fiestas mayas", en 1822.Una afección pulmonar lo obligó a radicarse en el caserío de Morón, villa aún de verdes campos y limpia, pero la muerte lo llevó el 28 de noviembre, en una pobreza total. Su nombre no se refleja en los periódicos, y fue enterrado en el cementerio local; pero en el transcurso de los años su sepulcro no ha sido individualizado. Es que ha entrado en su tierra con la aureola del canto fresco y comunicador.." De un romanticismo evocativo y ampuloso es el siguiente enfoque que nos presenta Ricardo Rojas en su Historia de la literatura argentina: Tal se nos aparece la figura de Hidalgo, al entrar en la historia de la literatura nacional: vestido de chiripá sobre su calzoncillo abierto de cribas; calzadas las espuelas en la bota sobada del caballero gaucho; terciada, al cinturón de fernandinas, la hoja labrada del facón; abierta sobre el pecho la camiseta oscura, henchida por el viento de las pampas; sesgada sobre el hombro la celeste golilla, desafinada a servir de banderola sobre el enhiesto chuzo de lanceros; alzada sobre la frente el ala del chambergo, como si fuera siempre galopando la tierra natal: ennoblecida la cara barbuda por su ojo experto en las baquías de la inmensidad y de la gloria. Una guitarra trae en la diestra que tiempo atrás esgrimiera las armas de la epopeya americana' (Los gauchescos, II, p. 342, Buenos Aires, Losada, 1948)".
Así también, de la tradición oral, y tomados por Ventura Lynch, una concordancia hacia el tema amoroso:Allá va cielito y cielo
cielito de mi esperanza,
que vencen los imposibles
el amar y la constancia.
Oh, gallo, si tú supieras
lo que cuesta un buen querer
no cantabas tan aprisa
al tiempo de amanecer.