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sábado, 11 de agosto de 2007
viernes, 10 de agosto de 2007
SABINES, Jaime. VIEJA LA NOCHE...
Vieja la noche, vieja,
largo mi corazón antiguo.
¡Qué de brazos adentro
del pecho, fríos,
se mueven y me buscan,
viejo amor mío!
La noche, vieja, cae
como un lento martirio,
sombra y estrella, hueco
del pecho mío.
Y yo entretanto, ausente
de mi martirio,
entro en la noche, busco
su cuerpo frío.
No hay luna, locos,
desde hace siglos.
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ.SONETO.
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que mas quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atrativo
sirve mi pecho de obediente acero,
para que me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mi tu tiranía,
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar lazos y pecho,
si te labra prisión mi fantasía.
lunes, 6 de agosto de 2007
CORTAZAR, Julio. ESTA TERNURA
Esta ternura y estas manos libres,
¿A quien darlas bajo el viento?
Tanto arroz para la zorra, y en medio
del llamado la ansiedad de esa
puerta abierta para nadie.
Hicimos pan tan blanco
para bocas ya muertas que aceptaban
solamente una luna de colmillo, el té
frío de la vela al alba.
Tocamos instrumentos para la ciega cólera
de sombras y sombreros olvidados
Nos quedamos con los presentes ordenados
en una mesa inútil , y fue preciso
beber la sidra caliente
en la verbeda de la medianoche.
Entonces ¿nadie quiero esto,
nadie?
jueves, 26 de julio de 2007
martes, 24 de julio de 2007
LITERATURA Y POESÍA GAUCHESCA
Refleja actitudes derivadas de la educación española, tales como el culto por las armas, la habilidad del jinete, y el sentimiento implícito de la libertad. Se ha insistido mucho en este último aspecto, pues parece desprenderse del mismo tipo de vida característico del gaucho, jinete solitario de las llanuras desiertas que debió aprender a manejarse con la independencia propia de un estilo de vida errabundo, en un ámbito que, como el de la pampa, parecía ofrecerse ante él como un horizonte sin límites ni ataduras.
La historia parece haber tomado al gaucho en la epopeya contra los españoles, bajo caudillaje de Güemes; y así lo tomó la literatura a través de Lugones, por ejemplo, en La Guerra Gaucha.
Pero en realidad el gaucho ha vinculado también su nombre con muchos episodios bélicos de nuestra independencia, y estuvo presente en las campañas de los caudillos montoneros, en las luchas por la organización nacional -sin excluir el período rosista, con sus Colorados del Monte- hasta Caseros, momento en que la campaña se empieza a poblar de extranjeros, de gringos, como los llamaba, y a los que ve como intrusos que se proponen desplazarlo.
Aun dentro de la dinámica general de nuestra emancipación de España, la utilización de un lenguaje rústico, rural, fue en nuestra literatura un signo de independencia.
El impulso de alejamiento de la tradición peninsular, de unificación con el propio suelo, de construir una nueva patria, contribuyó al desarrollo de esta literatura en formación.
Fue así como, por conducto del Romanticismo, los gauchescos aprovecharon el paisaje rural, las costumbres bien distintas de sus habitantes, tendiendo al olvido de lo ciudadano y tratando de captar lo popular, a veces con la colaboración de la música, tanto en el interior como en las zonas aledañas y provinciales.
Esta literatura buscaba además conmover a un auditorio en su mayoría analfabeto, que se extasiaba con las noticias y sucesos relatados por los poemas y las letras de tono menor.
El dialecto entraba con su facilidad porque era algo que no requería atención previa.
Se interpretaba, y, más aún, se intuía lo que no estaba dicho de modo explícito. Y mientras en los núcleos ciudadanos este lenguaje sonaba con aspereza y chocaba contra las formas cultas, en el ambiente popular lograba una penetración creciente y un desarrollo cada vez más impregnado del consentimiento activo.
Nada parecía ofrecer resistencia a este modo de expresión. El poema gauchesco llegaba al pueblo todo. Sus autores sabían que en los cielitos, en las payadas, en los trovos, se concentraba una corriente literaria.Habían comenzado por ofrecer piezas de toque político, y siguieron por ese rumbo. Y así ocurrió sucesivamente con Hidalgo, Ascabi o José Hernandéz. (Serafìn J. Garcìa)
lunes, 9 de julio de 2007
AMORIM, Enrique. PARA DECIR LA VERDAD.
Por aquì corazòn, la mano dame
estas hecho de carne,
Deja que el alma sola se derrame
por el camino que trazò la tarde.
Para nosotros corazòn, la tierra,
por el camino que trazò la tarde.
Para nosotros corazòn, la tierra,
para el alma las nubes,
guarda bien de las manos que te encierra
y todo oìdo mi palabra escuches.
Por ti corazòn, sigo diciendo ,
por las cosas terrenas.
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