Una mujer desnuda y en lo oscuro tiene una claridad que nos alumbra de modo que si ocurre un desconsuelo un apagón o una noche sin luna es conveniente y hasta imprescindible tener a mano una mujer desnuda. Una mujer desnuda y en lo oscuro genera un resplandor que da confianza entonces dominguea el almanaque vibran en su rincón las telarañas y los ojos felices y felinos miran y de mirar nunca se cansan. Una mujer desnuda y en lo oscuro es una vocación para las manos para los labios es casi un destino y para el corazón un despilfarro una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo. Una mujer desnuda y en lo oscuro genera una luz propia y nos enciende el cielo raso se convierte en cielo y es una gloria no ser inocente una mujer querida o vislumbrada desbarata por una vez la muerte. |
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martes, 18 de mayo de 2010
BENEDETTI, Mario. UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO.
jueves, 22 de abril de 2010
lunes, 19 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
AGUSTINI, Delmira. MIS AMORES. (El Rosario de Eros)
Hoy han vuelto.
Por todos los senderos de la noche han venido
A llorar en mi lecho.
¡Fueron tantos, son tantos!
Yo no sé cuáles viven,
yo no sé cuál ha muerto.
Me lloraré yo misma para llorarlos todos.
La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.
Hay cabezas doradas a sol, como maduras...
Hay cabezas tocadas de sombra y de misterio,
Cabezas coronadas de una espina invisible,
Cabezas que sonrosa la rosa del ensueño,
Cabezas que se doblan a cojines de abismo,
Cabezas que quisieran descansar en el cielo,
Algunas que no alcanzan a oler a primavera,
Y muchas que trascienden a las flores de invierno.
Todas esas cabezas me duelen como llagas...
Me duelen como muertos...
¡Ah!... y los ojos..
los ojos me duelen más: son dobles!...
Indefinidos, verdes, grises, azules, negros
Abrazan si fulguran,
Son caricias, dolor, constelaciòn, infirno
Sobre toda su luz, sobre todas sus llamas
Abrazan si fulguran,
Son caricias, dolor, constelaciòn, infirno
Sobre toda su luz, sobre todas sus llamas
Se iluminó mi alma y se templó mi cuerpo
Ellos me dieron sed de todas esas bocas...
De todas estas bocas que florecen mi lecho:
Vasos rojos o pálidos de miel o de amargura
Con lises de armonía o rosas de silencio,
De todos estos vasos donde bebí la vida,
De todos estos versos donde la muerte bebo,
El jardin de sus bocas venenos embriagantes,
En donde respiraba sus almas y sus curpos,
Humedecido en làgrimas,
Ha rodeado mi lecho....,
Y las manos, las manos colmadas de destino
Secretos y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia;
Manos que estàn colmadas de la flor del deseo,
Manos en la que se siente un puñal nunca visto,
Manos en que se ve un intangible cetro,
Pàlidas y morenas, voluptusas y fuertes,
En todas, con todas ellas puede engarzar un sueño.
Con tristeza de alma,
Se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente
Vestidas de deseo,
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
Como a invisible abismo se inclinan sobre mi lecho...
Ah! entre todas las manos yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpo
De todas las cabezas yo quiero tu cabeza
De todos estos versos donde la muerte bebo,
El jardin de sus bocas venenos embriagantes,
En donde respiraba sus almas y sus curpos,
Humedecido en làgrimas,
Ha rodeado mi lecho....,
Y las manos, las manos colmadas de destino
Secretos y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia;
Manos que estàn colmadas de la flor del deseo,
Manos en la que se siente un puñal nunca visto,
Manos en que se ve un intangible cetro,
Pàlidas y morenas, voluptusas y fuertes,
En todas, con todas ellas puede engarzar un sueño.
Con tristeza de alma,
Se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente
Vestidas de deseo,
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
Como a invisible abismo se inclinan sobre mi lecho...
Ah! entre todas las manos yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpo
De todas las cabezas yo quiero tu cabeza
De todos esos ojos, ¡tus ojos solos quiero!
Tú eres el más triste, por ser el más querido,
Tú has llegado el primero por venir de más lejos...
¡Ah, la cabeza oscura que no he tocado nunca
Y las pupilas claras que miré tanto tiempo!
Las ojeras que ahondamos la tarde y yo inconscientes,
La palidez extraña que doblé sin saberlo,
Ven a mí: mente a mente;
Ven a mí: ¡cuerpo a cuerpo!
Tú me dirás qué has hecho de mi primer suspiro,
Tú me dirás qué has hecho del sueño de aquel beso..
Me dirás si lloraste cuando te dejé solo...
¡Y me dirás si has muerto!...
Si has muerto,
Mi pena enlutará la alcoba lentamente,
Y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo,
Y en el silencio ahondado de tiniebla,
Y en la tiniebla ahondada de silencio,
Nos velará llorando, llorando hasta morirse
Nuestro hijo: el recuerdo.
lunes, 22 de marzo de 2010
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