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martes, 4 de septiembre de 2012

WALCOTT, DERECK. PUEDO SENTIRLA VIENIENDO DE LEJOS...




Puedo sentirla viniendo de lejos...
Puedo sentirla viniendo de lejos, también, Mamá, la marea
desde el día ha pasado su vez, pero aún noto
que como una gaviota blanca relampaguea sobre el mar, su lado inferior
atrapa el verde, y yo prometo usarlo después.
La imaginación ya no se aleja con el horizonte,
mas no hace sino volver. En el borde del agua
devuelve cosas limpias y fregadas que el mar, a modo
de basura, ha blanqueado, casto. Escenas dispares.
Las casas de los esclavos, azul y rosa, en las Vírgenes
bajo los vientos alisios. Mi nombre atrapado en
la almendra de la garganta de la abuela.
Un patio, un viejo bronceado con bigote
como el de un general, un chico dibujando hojas de aceite de castor
con mucho detalle, esperando ser otro Alberto Durero.
Los he mimado más que a la coherencia
mientras la misma marea para los dos, Mamá, se aproxima -
las hojas de parra poniendo medallas a una vieja cerca de alambre
y, en el patio pecoso de sombras, un anciano como un coronel
bajo las verdes balas de cañón de la calabaza.



Versión de Vicente  Araguas
Huerga y Fierro Editores

RUBEN DARIO. ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA





¿Eva era rubia?
 No. Con negros ojos vio la manzana del jardín:
 con labios rojos probó su miel;
 con labios rojos que saben hoy más ciencia que los sabios.
 Venus tuvo el azur en sus pupilas, pero su hijo no.
 Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas los dos ojos de Eros.
 Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes,
 tenían las pupilas tenebrosas que daban los amores y las muertes. Pentesilea, reina de amazonas;
 Judith, espada y fuerza de Betulia;
 Cleopatra, encantadora de coronas,
 la luz tuvieron de tus ojos, Julia.
 La negra, que es más luz que la luz blanca del sol,
 y las azules de los cielos.
 Luz que el más rojo resplandor 
arranca al diamante terrible de los celos.
 Luz negra, luz divina, luz que alegra la luz meridional,
 luz de las niñas, de las grandes ojeras,
 ¡oh luz negra que hace cantar a Pan bajo las viñas!

martes, 28 de agosto de 2012

MARTÌ, JOSÈ. CESE SEÑORA EL DUELO...






Cese, señora, el duelo en vuestro canto,
 ¿Qué fuera nuestra vida sin enojos? 
 ¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo! 
 ¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos
 Si alguna vez no los mojara el llanto?
 Romped las cuerdas del amargo duelo.
 Quien sufre como vos sufrís, señora:
 Es más que una mujer, algo del cielo,
 Que de él huyó y entre nosotros mora.

CESAR VALLEJO. APARTA DE MI ESE CÁLICE.




Niños del mundo
 si cae España ?
digo, es un decir? 
 si cae del cielo abajo su antebrazo
 que asen, en cabestro, dos láminas terrestres;
 niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
 ¡qué temprano en el sol lo que os decía!
 ¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano! 
 ¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
 ¡Niños del mundo,
 está la madre España con su vientre a cuestas;
 está nuestra madre con sus férulas,
 está madre y maestra, cruz y madera,
 porque os dio la altura, vértigo y división y suma,
 niños; está con ella, padres procesales!
 Si cae ?
digo, es un decir?
 si cae España, de la tierra para abajo,
 niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
 ¡cómo va a castigar el año al mes!
 ¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
 en palote el diptongo, la medalla en llanto! 
 ¡Cómo va el corderillo a continuar
 atado por la pata al gran tintero!
 ¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
 hasta la letra en que nació la pena!
 Niños, hijos de los guerreros,
 entre tanto, bajad la voz que España está ahora mismo
 repartiendo la energía entre el reino animal,
 las florecillas, los cometas y los hombres.
 ¡Bajad la voz, que está en su rigor, 
que es grande, sin saber qué hacer,
 y está en su mano la calavera, 
aquella de la trenza;
 la calavera, aquella de la vida!
 ¡Bajad la voz, os digo;
 bajad la voz, el canto de las sílabas,
 el llanto de la materia y el rumor menos de las pirámides,
 y aun el de las sienes que andan con dos piedras!
 ¡Bajad el aliento, y si el antebrazo baja,
 si las férulas suenan, si es la noche,
 si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
 si hay ruido en el sonido de las puertas,
 si tardo, si no veis a nadie,
 si os asustan los lápices sin punta,
 si la madre España cae ?
digo, es un decir?,
 salid, niños, del mundo;
 id a buscarla!... 

viernes, 24 de agosto de 2012

PIZARNIK, ALEJANDRA. LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES.



Para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único sueño
para no sustentarme nunca de nuevo en el amor
he sido toda ofrenda
un puro errar
de loba en el bosque
en la noche de los cuerpos
para decir la palabra inocente

miércoles, 15 de agosto de 2012

PIZARNIK, ALEJANDRA, MAS ALLA DEL OLVIDO.



alguna vez de un costado de la luna
verás caer los besos que brillan en mí
las sombras sonreirán altivas
luciendo el secreto que gime vagando
vendrán las hojas impávidas que
algún día fueron lo que mis ojos
vendrán las mustias fragancias que
innatas descendieron del alado son
vendrán las rojas alegrías que 
burbujean intensas en el sol que
redondea las armonías equidistantes en
el humo danzante de la pipa de mi amor

miércoles, 18 de julio de 2012

RODRIGUEZ, Silvio. OJALÁ



Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo

 cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal. 
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro

 que baja por tu cuerpo
Ojalá que la luna pueda salir sin ti. 
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.  
Ojalá se te acabe la mirada constante, 
la palabra precisa, la sonrisa perfecta. 
Ojalá pase algo que te borre de pronto: 
una luz cegadora, un disparo de nieve. 

Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, 
para no verte tanto, para no verte siempre 
en todos los segundos, en todas las visiones: 
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones 
Ojalá que la aurora no dé gritos

 que caigan en mi espalda. 
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz. 
Ojalá las paredes no retengan tu ruido

 de camino cansado. 
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti, 
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.