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martes, 22 de julio de 2008

SABIDURIA DEL LLANTO. Fabían Dobles. Costa Rica






















Uno es una muchedumbre de arroyuelos
en esa inundación incontenible
que desde oscuros cielos milenarios
tormentosa nos llueve.

Uno es una muchedumbre de arroyuelos.
Mas hay un raro dique en la garganta.

Uno balbuce hablar para romperlo
en palpitantes astros y gemidos.
Pero qué puede hacer una voz sola.
Nos suena tan celosamente vaga,
tan de lejana tierra,
como si la robara una ansia ajena
que se nos lleva nuestros propios sueños.

Uno es una muchedumbre de arroyuelos
con ese extraño dique en la garganta.

A veces, lo sentimos tan hermano
que se nos hacen claros los sollozos.
Comprendemos el llanto.

Y desde la garganta, que enmudece,
pues es llanto desnudo, sin los ojos,
nos quedamos mirándonos las lágrimas
en su orígen, naciéndonos,
y escuchándolas,
como si nos oyéramos nosotros.