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sábado, 20 de marzo de 2010

BENAVÍDEZ, Washington. A los 80 años de su muerte

 Benavides también ha incursionado en otros géneros, principalmente en el narrativo, pero con muy poco éxito, producto de obras de escaso valor literario.
Es de lamentar, asimismo, que en estos momentos en que ya ha alcanzado una amplísima trayectoria, no haya podido escapar a un grave peligro, en el que también cayeron otros grandes poetas: sentir superada toda prueba de calidad y darse la libertad de publicar poemas muy por debajo del nivel demostrado en anteriores ocasiones y, por lo tanto, siempre esperado por el lector.
Pero, como a todo artista es mejor recordarlo por lo más alto que ha dado y no por sus debilidades, aquí damos una pequeña muestra de lo mejor de su poesía. (Diario El Pueblo. Salto)


El limón
El limón reina solitario
entronizado en la fuente de barro cocido
contundente como un frasco
de pintura amarilla.

En su esfera porosa
la habitación es una miniatura.
Su epidermis humana
desprende un olor tierno
único (socio del agua fría
y de la sombra y el bienestar
físico).
Huelo el limón, lo tomo
con la mano.
Una pelusa gris celeste
(polvo en los dedos)
descubre la fungosidad
del lado oculto de la luna,
desnuda el cáncer del limón
del podrido limón
rey de la muerte en su trono
de barro.
(Del libro Fontefrida, 1979).