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sábado, 2 de octubre de 2010

DIEGO RIVERA EN MOSCÚ.






DIEGO RIVERA EN MOSCÚ
Publicado en ''GACETA de CULTURA''
Publicación Mensual. Año I. No. 6-7
Montevideo, Enero-Febrero de 1956


jueves, 30 de septiembre de 2010

DE IBARBOUROU, Juana. PÓRTICO PARA UN LIBRO




Corazón de niña, corazón en canto:

Ensueño, esperanza, sonrisas y llanto.


Tan pronto es el alba, tan pronto la tarde,

Resplandor y sombra, lámpara que arde.

Perfumando el viento que pasa y se lleva

La fragancia a nardos de esta alma nueva.


Corazón de niña. ¡que ardiente es el canto,

Que loca la risa y que fresco el llanto!


Corazón de niña que tiene en el verso

Con noches y auroras, todo el universo.


¡Ay, que siempre sea su lucero de oro,

Límpido su aire, su río sonoro,


Y que crea siempre en ti, ¡oh poesía,

Que le des ahora cielo y melodía!




















BENEDETTI, Mario. CORAZÓN CORAZA





                                          Hasta siempre Mario ........!!!



Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche està de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imàgenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mi
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce corazòn coraza
porque eres mìa
porque no eres mìa
porque te miro y muero 
y peor que muero si no te miro amor
si no te miro
porque tu siempre existes donde quiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre y tienes frìo
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
 aunque te busque y no te encuentre
y aunque la noche pase
y yo te tenga o no








miércoles, 29 de septiembre de 2010

PAZ, Octavio. EPITAFIO


quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades.




VIEIRA, MARUJA. ESTA TARDE






Publicado en REPERTORIO AMERICANO. 1955. No. 5
Dedicado a Otto Lucas Gaffrèe

Esta tarde
todos miran la lluvia
Aquí hay un árbol
y unas columnas blancas.
Donde va mi recuerdo
hay flores como espada de amatista
y los hombres caminan en silencio.


La lluvia lanza,
cada vez mas de prisa,
sus dardos transparentes
para ganar al sol la moneda del tiempo.
Allá donde tu olvidas
no hay lluvias, solo flores y un mar verde.




viernes, 24 de septiembre de 2010

BORGES, Jorge Luis. A UN GATO

A los 18 años de Federico Camilo Ignacio


No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la amorosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

jueves, 19 de agosto de 2010

RODÓ, José Enrique.

Dar a sentir lo hermoso es obra de misericordia.


Cita de Ariel (sobre lo hermoso)

jueves, 12 de agosto de 2010

DARÍO, RUBÉN. MÍA



Mía: así te llamas. 
¿Qué más harmonía? 
Mía: luz del día; 
mía: rosas, llamas. 

¡Qué aroma derramas 
en el alma mía 
si sé que me amas! 
¡Oh Mía! ¡Oh Mía! 

Tu sexo fundiste 
con mi sexo fuerte, 
fundiendo dos bronces. 

Yo triste, tú triste... 
¿No has de ser entonces 
mía hasta la muerte?

lunes, 9 de agosto de 2010

BORGES J.L. Librería ''El Ateneo'' Bs. As.




Que otros se jacten de las páginas que han escrito,

a mi me enorgullecen las que he leído.

domingo, 25 de julio de 2010

PESADO, José Joaquín de . Poeta y Periodista Mejicano

                                                                                                                      

Es nuestra vida tránsito doblado entre abismo y abismo;


el hombre que lo pasa descuidado perece por si mismo.

Cita sobre la vida.

sábado, 24 de julio de 2010

CONDE ABELLAN, Carmen. ROCE DE LÍMITES






Esto que se termina soy yo.
No puedo pasar de mí.
He llegado hasta mis propios bordes;
rebosaría, derramándome, si quisiera
a la Puerta de Dios llamar.

Una mirada en sí; unos sentidos todos
dentro de ellos mismos... Soy ahora
el límite total de la criatura.

Voy a afirmarme ante el No, a gritar que vine
henchida de un latido inexpresable;
y que espero me sostengan unas manos
sin pulpa de la tierra.

Todo llegó conmigo;
fabulosas miserias traje absorta
y un delgadísimo ramaje de venturas
que soñaba bosque de amor en el mundo.

De aquí no espero brotar.
Nadie me llama.
¿Voy a persistir cual una sombra
delante de tu voz jamás oída?
Atiéndeme, misterio; no te alcanzo.
¿Eres la quietud, eres violencia
de quietud...?
¿Eres yo misma?

sábado, 10 de julio de 2010

MONÓLOGO DE NEZAHUALCÓYOTL




Hay cantos floridos; que se diga
yo bebo flores que embriagan,
ya llegaron las flores que causan vértigo,
ven y serás glorificado.

Ya llegaron aquí las flores en ramillete:
son flores de placer que se esparcen,
llueven y se entrelazan diversas flores.

Ya retumba el tambor: sea el baile:
con bellas flores narcóticas se tiñe mi corazón.

Yo soy cantor: flores para esparcirlas
yo las voy tomando: gozad.

Dentro de mi corazón se quiebra la flor del canto:
ya estoy esparciendo flores.

Con cantos alguna vez me he de amortajar,
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!

La fama de mis flores, el renombre de mis cantos,
dejaré abandonados alguna vez:
con flores mi corazón ha de ser entrelazado:
¡Son los príncipes, los reyes!

viernes, 25 de junio de 2010

OÑA, Pedro de . Arauco domado



¡Oh, bienaventurada aquella gente
de pecho limpio y ánimo sincero,
do vive amor tan puro y verdadero
que no publica mas de lo que siente;
que no le mueve ilícito accidente,
que el interés con él no vale un cero,
y es a querer de solo un fin movido,
cual es querer nomás  y ser querido.

Cita sobre el amor.

jueves, 24 de junio de 2010

NERUDA, Pablo. POEMA 20




Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

miércoles, 23 de junio de 2010

YO LE PREGUNTO. Poesía de Nezahualcóyotl




Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.

ALBERTI, Rafael. LOS ANGELES VENGATIVOS


No, no te conocieron
las almas conocidas.
Sí la mía.

¿Quién eres tú, dinos, que no te recordamos
ni de la tierra ni del cielo?

Tu sombra, dinos, ¿de qué espacio?
¿Qué luz la prolongó, habla,
hasta nuestro reinado?

¿De dónde vienes, dinos,
sombra sin palabras,
que no te recordamos?
¿Quién te manda?
Sí relámpago fuiste en algún sueño,
relámpagos se olvidan, apagados.

Y por desconocida
las almas conocidas te mataron.
No la mía.

martes, 22 de junio de 2010

domingo, 20 de junio de 2010

BENEDETTI, Mario. DESGANOS



Si cuarenta mil niños sucumben diaramente
en el purgatorio del hambre y de la sed
si la tortura de los pobres cuerpos
envilece una a una a las almas
y si el poder se ufana de sus cuarentenas
o si los pobres de solemnidad
son cada vez menos solemnes y más pobres
ya es bastante grave
que un solo hombre
o una sola mujer
contemplen distraídos el horizonte neutro


pero en cambio es atroz
sencillamente atroz
si es la humanidad la que se encoge de hombros

sábado, 22 de mayo de 2010

jueves, 20 de mayo de 2010

NERUDA, Pablo. SAUDADE



Saudade -Qué será?... yo no sé... lo he buscado
en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no me han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.

Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se oscurecen los amores lejanos,
y un noble y buen amigo mío (y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.

Y hoy en Eca de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos -tan lejos!- de mis tranquilas redes.

Saudade... Oiga, vecino, sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado.
Saudade...

martes, 18 de mayo de 2010

BENEDETTI, Mario. UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO.


Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

lunes, 19 de abril de 2010

VILARIÑO, Idea. ESO






Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.

Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.

lunes, 5 de abril de 2010

AGUSTINI, Delmira. MIS AMORES. (El Rosario de Eros)




Hoy han vuelto.
Por todos los senderos de la noche han venido
A llorar en mi lecho.
¡Fueron tantos, son tantos!
Yo no sé cuáles viven,
yo no sé cuál ha muerto.
Me lloraré yo misma para llorarlos todos.
La noche bebe el llanto como un pañuelo negro.
Hay cabezas doradas a sol, como maduras...
Hay cabezas tocadas de sombra y de misterio,
Cabezas coronadas de una espina invisible,
Cabezas que sonrosa la rosa del ensueño,
Cabezas que se doblan a cojines de abismo,
Cabezas que quisieran descansar en el cielo,

Algunas que no alcanzan a oler a primavera,
Y muchas que trascienden a las flores de invierno.
Todas esas cabezas me duelen como llagas...
Me duelen como muertos...
¡Ah!... y los ojos..
 los ojos me duelen más: son dobles!...
Indefinidos, verdes, grises, azules, negros
Abrazan si fulguran,
Son caricias, dolor, constelaciòn, infirno
Sobre toda su  luz, sobre todas sus llamas

Se iluminó mi alma y se templó mi cuerpo
 Ellos me dieron sed de todas esas bocas...
De todas estas bocas que florecen mi lecho:
Vasos rojos o pálidos de miel o de amargura
Con lises de armonía o rosas de silencio,
De todos estos vasos donde bebí la vida,
De todos estos versos donde la muerte bebo,
El jardin de sus bocas venenos embriagantes,
En donde respiraba sus almas y sus curpos,
Humedecido en làgrimas,
Ha rodeado mi lecho...., 
Y las manos, las manos colmadas de destino
Secretos y alhajadas de anillos de misterio...
Hay manos que nacieron con guantes de caricia;
Manos que estàn colmadas de la flor del deseo,
Manos en la que se siente un puñal nunca visto,
Manos en que se ve un intangible cetro,
Pàlidas y morenas, voluptusas y fuertes,
En todas, con todas ellas puede engarzar un sueño.
Con tristeza de alma,
Se doblegan los cuerpos,
sin velos, santamente
Vestidas de deseo,
Imanes de mis brazos, panales de mi entraña
Como a invisible abismo se inclinan sobre mi lecho...
Ah! entre todas las manos yo he buscado tus manos!
Tu boca entre las bocas, tu cuerpo entre los cuerpo
De todas las cabezas yo quiero tu cabeza

De todos esos ojos, ¡tus ojos solos quiero!
Tú eres el más triste, por ser el más querido,
Tú has llegado el primero por venir de más lejos...
¡Ah, la cabeza oscura que no he tocado nunca

Y las pupilas claras que miré tanto tiempo!
Las ojeras que ahondamos la tarde y yo inconscientes,
La palidez extraña que doblé sin saberlo,
Ven a mí: mente a mente;
Ven a mí: ¡cuerpo a cuerpo!
Tú me dirás qué has hecho de mi primer suspiro,
Tú me dirás qué has hecho del sueño de aquel beso..
Me dirás si lloraste cuando te dejé solo...
¡Y me dirás si has muerto!...
Si has muerto,
Mi pena enlutará la alcoba lentamente,
Y estrecharé tu sombra hasta apagar mi cuerpo,
Y en el silencio ahondado de tiniebla,
Y en la tiniebla ahondada de silencio,
Nos velará llorando, llorando hasta morirse
Nuestro hijo: el recuerdo.

sábado, 20 de marzo de 2010

BENAVÍDEZ, Washington. A los 80 años de su muerte

 Benavides también ha incursionado en otros géneros, principalmente en el narrativo, pero con muy poco éxito, producto de obras de escaso valor literario.
Es de lamentar, asimismo, que en estos momentos en que ya ha alcanzado una amplísima trayectoria, no haya podido escapar a un grave peligro, en el que también cayeron otros grandes poetas: sentir superada toda prueba de calidad y darse la libertad de publicar poemas muy por debajo del nivel demostrado en anteriores ocasiones y, por lo tanto, siempre esperado por el lector.
Pero, como a todo artista es mejor recordarlo por lo más alto que ha dado y no por sus debilidades, aquí damos una pequeña muestra de lo mejor de su poesía. (Diario El Pueblo. Salto)


El limón
El limón reina solitario
entronizado en la fuente de barro cocido
contundente como un frasco
de pintura amarilla.

En su esfera porosa
la habitación es una miniatura.
Su epidermis humana
desprende un olor tierno
único (socio del agua fría
y de la sombra y el bienestar
físico).
Huelo el limón, lo tomo
con la mano.
Una pelusa gris celeste
(polvo en los dedos)
descubre la fungosidad
del lado oculto de la luna,
desnuda el cáncer del limón
del podrido limón
rey de la muerte en su trono
de barro.
(Del libro Fontefrida, 1979).

viernes, 19 de marzo de 2010

BENEDETTI, Mario. VERSOS



1.-
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

2

Hemos llegado al crepúsculo neutro
donde el día y la noche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
a dejarme los ojos vacíos de ciudad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.

3

Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu dueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.

miércoles, 17 de marzo de 2010

POE, Edgar Allan. ANNABEL LEE



Hace de esto ya muchos, muchos años,
cuando en un reino junto al mar viví,
vivía allí una virgen que os evoco
por el nombre de Annabel Lee;
y era su único sueño verse siempre
por mí adorada y adorarme a mí.



Niños éramos ambos, en el reino
junto al mar y quisímonos allí
con amor que era amor de los amores,
yo con mi Annabel Lee;
con amor que los ángeles del cielo
envidiaban a ella cuanto a mí.



Y por eso, hace mucho, en aquel reino,
en el reino ante el mar, ¡triste de mí!,
desde una nube sopló un viento, helado
llegándose por siempre a Annabel Lee
Y parientes ilustres la llevaron
lejos, lejos de mí;
del reino ante el mar se la llevaon

donde una tumba a sepultarla allí.



¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a mí.
Y no más que por eso -todos, todos
en el reino, ante el mar, sábenlo así-,
sopló viento nocturno, de una nube,
robándome por siempre a Annabel Lee.



Mas, vence nuestro amor; vence al de muchos,
más grandes que ella fue, que nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo
ni demonios que el mar prospere en sí,
separarán jamás mi alma del alma
de la radiante Annabel Lee.



Pues la luna ascendente, dulcemente,
tráeme sueños de Annabel Lee;
como estrellas tranquilas las pupilas
me sonríen de Annabel Lee;
y reposo, en la noche embellecida,
con mi siempre querida, con mi vida;
con mi esposa radiante Annabel Lee
en la tumba, ante el mar de Annabel Lee.

miércoles, 17 de febrero de 2010

WALCOTT, Dereck . EL AMOR DESPUES DEL AMOR.


El tiempo vendrá
cuando, con gran alegría,
tú saludarás al tú mismo que llega
a tu puerta, en tu espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fue tú mismo.
Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu amor
a ti mismo, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien no has conocido
para conocer a otro corazón,
que te conoce de memoria.
Recoge las cartas del escritorio,
las fotografías, las desesperadas líneas,
despega tu imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida.

domingo, 17 de enero de 2010

STORNI, Alfonsina. ¡AIME!




Y sabías amar, y eras prudente,
y era la primavera y eras bueno,
y estaba el cielo azul, resplandeciente.

Y besabas mis manos con dulzura,
y mirabas mis ojos con tus ojos,
que mordían a veces de amargura.

Y yo pasaba como el mismo hielo...
Yo pasaba sin ver en dónde estaba
ni el cruel infierno ni el amable cielo.

Yo no sentía nada... En el vacío
vagaba con el alma condenada
a mi dolor satánico y sombrío.

Y te dejé marchar calladamente,
a ti, que amar sabías y eras bueno,
y eras dulce, magnánimo y prudente.

Toda palabra en ruego te fue poca,
pero el dolor cerraba mis oídos...
Ah, estaba el alma como dura roca.