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viernes, 17 de febrero de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
NERUDA, Pablo. ARTE POÈTICA
Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
un oído que nace, una angustia indirecta,
como si llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores,
–posiblemente de otro modo aún menos melancólico–,
pero, la verdad, de pronto, el viento azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía,
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos
hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso
martes, 14 de febrero de 2012
CELAYA, Gabriel. Por De Pronto, Esto
Excepciòn a mis latinoamericanos...
Lo primero es respirar.
Lo segundo es comer.
Lo tercero es andar.
Andar por andar,
pues ¿sabe usted adónde va?
Lo segundo es comer.
Lo tercero es andar.
Andar por andar,
pues ¿sabe usted adónde va?
Comer por comer,
¿o es que no quiere seguir?
Respirar por respirar,
¿o es que quiere usted morirse?
Lo normal es vivir,
y respirar, y andar,
y a ratos sueltos, pensar.
¿o es que no quiere seguir?
Respirar por respirar,
¿o es que quiere usted morirse?
Lo normal es vivir,
y respirar, y andar,
y a ratos sueltos, pensar.
lunes, 13 de febrero de 2012
BORGES, Juan Luis. Las Cosas
El bastón, las monedas, El llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora ¡Cuántas cosas,
limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido
domingo, 12 de febrero de 2012
sábado, 11 de febrero de 2012
BENEDETTI, Mario. SABERTE AQUÍ.
Podes querer el alba cuando quieras
he conservado intacto tu paisaje
podés querer el alba cuando ames
venir a reclamarte como eras
aunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho más
esta noche otra noche
aquí estarás
y cuando gima el tiempo giratorio
en esta paz ahora dirás
quiero esta paz ahora podés venir
a reclamarte penetrar en tu noche
de alegre angustia
reconocer tu tibio corazón
sin excusas los cuadros
las paredes saberte aquí
he conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está
intacto sin vos
podes querer el alba
cuando quieras
venir a reclamarte como eras
aunque el pasado sea despiadado
y hostil aunque contigo
traigas dolor y otros milagros
aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.
viernes, 10 de febrero de 2012
MISTRAL, Gabriela. La flor del aire
Yo la encontrè por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.
Y ella me dijo: ''Sube al monte,
Yo nunca dejo la pradera,
y me cortas las flores blancas
como nieves, duras y tiernas.''
Me subì a la àcida montaña,
busquè las flores donde albean,
medio dormidas y despiertas.
Cuando bajè, con la carga mìa,
la hallè a mitad de la pradera,
y fui cubriendola frenètica,
con un torrente de azucenas.
Y sin mirarse la blancura,
ella me dijo: ''Tu acarrea
ahora solo flores rojas.
Yo no puedo pasar la pradera.''
Trepè las penas con el venado,
y busquè flores de demencia,
las que rojean y parecen
que de rojez vivan y mueran.
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