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jueves, 24 de enero de 2013

MISTRAL, Gabriela. VERGUENZA



Si tu me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba que bajo al rocío
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje al rio.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas;
ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
mas desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oiste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fugor que da a mi frente tosca
y en la tremolición que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
que ya mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!

No hay un rayo de sol que los alcance un día?
No hay agua que los lave de sus estigmas rojas?
Para ellos solamente queda tu entraña fría,
sordo tu fino oido, apretados tus ojos?

Tal el hombre asegura por error o malicia;
mas yo, que te he gustado, como vino, Señor,
mientras los otros sigan llamandote Justicia
no te llamaré nunca otra cosas que Amor!

Yo se como el hombre fue siempre zarpa dura:
la catarata, vertigo: aspereza la sierra,
tu eres el vaso donde, se esponjan de dulzura
los nectarios de todos los huertos de la Tierra!

sábado, 12 de enero de 2013

VARELA, Blanca. Diàlogo


Él abre la boca 

es roja por dentro 
ella abre los ojos 
su córnea es blanca 
como la luna

se está quieta 

la córnea luna 
iluminando apenas 
la bienamada encía

adentro 

con silencio 
a boca cerrada 
a oscuras 
habitan ambos 

domingo, 30 de diciembre de 2012

BENEDETTI, Mario. PRELIMINAR DEL MIEDO.




Por sobre las terrazas alunadas
donde se aman cautelosamente los gatos
y los brillos esquivan las chimeneas
creo que nadie sabe lo que yo sé esta noche
algo aprendido a pedacitos y a pulsaciones
y que integra mi pánico tradicional modesto


¿cómo desmenuzar plácidamente el miedo
comprender por fin que no es una excusa
sino un escalofrío parecido al disfrute
sólo que amarguísimo y si atenuantes?


los suicidas no tienen problemas al respecto
deciden derrotarse y a veces lo consiguen
entran en el miedo como en una piragua
sin remos y con rumbo de cascada
son los descubridores del alivio
pero la paz les dura una milésima


tampoco los homicidas se preocupan mucho
limitan el miedo a una coyuntura
desenvainan la furia o aprietan el gatillo
y todo queda así simplificado y yerto


pero los demás o sea los que venimos
tironeados por la maravilla
y perseguidos por el horror
los demás o sea los compinches de la duda
los candorosos los irresponsables
los violentos pero no tanto
los tranquilos pero no mucho
los deportados de la buena fe
los necesitados de alegría
los ambulantes y los turbados
los omisos de la vanguardia
los atrasados de la vislumbre


ésos qué haremos con el mundo
sino asediarlo a escaramuzas
desmenuzarlo con las uñas
extinguirlo con el resuello
desmantelarlo a mordiscones
hacerlo trizas con la mirada
dar cuenta de él con el amor
estrangularlo.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

PIZARNIK, Alejandra. DESPEDIDA.




Mata su luz un fuego abandonado.

Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.

(De "Los trabajos y las noches" 1965)

lunes, 12 de noviembre de 2012

ALEGRÌA, Claribel. COMO SERÀ EL ENCUENTRO?






¿Cómo será el encuentro?
Descarnados los dos
sin tu mirada
sin mis labios
posándose en los tuyos.
Partículas de luz quizá seremos
que se atraen
se buscan
se amalgaman.

martes, 4 de septiembre de 2012

WALCOTT, DERECK. PUEDO SENTIRLA VIENIENDO DE LEJOS...




Puedo sentirla viniendo de lejos...
Puedo sentirla viniendo de lejos, también, Mamá, la marea
desde el día ha pasado su vez, pero aún noto
que como una gaviota blanca relampaguea sobre el mar, su lado inferior
atrapa el verde, y yo prometo usarlo después.
La imaginación ya no se aleja con el horizonte,
mas no hace sino volver. En el borde del agua
devuelve cosas limpias y fregadas que el mar, a modo
de basura, ha blanqueado, casto. Escenas dispares.
Las casas de los esclavos, azul y rosa, en las Vírgenes
bajo los vientos alisios. Mi nombre atrapado en
la almendra de la garganta de la abuela.
Un patio, un viejo bronceado con bigote
como el de un general, un chico dibujando hojas de aceite de castor
con mucho detalle, esperando ser otro Alberto Durero.
Los he mimado más que a la coherencia
mientras la misma marea para los dos, Mamá, se aproxima -
las hojas de parra poniendo medallas a una vieja cerca de alambre
y, en el patio pecoso de sombras, un anciano como un coronel
bajo las verdes balas de cañón de la calabaza.



Versión de Vicente  Araguas
Huerga y Fierro Editores

RUBEN DARIO. ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA





¿Eva era rubia?
 No. Con negros ojos vio la manzana del jardín:
 con labios rojos probó su miel;
 con labios rojos que saben hoy más ciencia que los sabios.
 Venus tuvo el azur en sus pupilas, pero su hijo no.
 Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas los dos ojos de Eros.
 Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes,
 tenían las pupilas tenebrosas que daban los amores y las muertes. Pentesilea, reina de amazonas;
 Judith, espada y fuerza de Betulia;
 Cleopatra, encantadora de coronas,
 la luz tuvieron de tus ojos, Julia.
 La negra, que es más luz que la luz blanca del sol,
 y las azules de los cielos.
 Luz que el más rojo resplandor 
arranca al diamante terrible de los celos.
 Luz negra, luz divina, luz que alegra la luz meridional,
 luz de las niñas, de las grandes ojeras,
 ¡oh luz negra que hace cantar a Pan bajo las viñas!