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lunes, 29 de agosto de 2011

LEOPOLDO LUGONES. Himno a la luna





Luna, quiero cantarte
Oh ilustre anciana de las mitologías,
Con todas las fuerzas del arte.

Deidad que en los antiguos días
Imprimiste en nuestro polvo tu sandalia,
No alabaré el litúrgico furor de tus orgías
Ni tu erótica didascalia,
Para que alumbres sin mayores ironías,
Al polígloto elogio de las Guías,
Noches sentimentales de mieses en Italia.

Aumenta el almizcle de los gatos de algalia;
Exaspera con letárgico veneno
A las rosas ebrias de etileno
Como cortesanas modernas;
Y que tu influjo activo,
La sangre de las vírgenes tiernas
Corra en misterio significativo.

Yo te hablaré con maneras corteses
Aunque sé que sólo eres un esqueleto,
Y guardaré tu secreto
Propicio a las cabelleras y a las mieses.

Te amo porque eres generosa y buena,
¡Cuánto, cuánto albayalde
Llevas gastado en balde
Para adornar a tu hermana morena!

[ .... ]

Entre nubes al bromuro,
Encalla como un témpano prematuro,
Haciendo relumbrar, en fractura de estrella,
Sobre el solariego muro
Los cascos de botella.
Por el confín obscuro,
Con narcótico balanceo de cuna,
Las olas se aterciopelan de luna;
Y abren a la luz su tesoro
En una dehiscencia de valvas de oro.

[ .... ]

Como una dama de senos yertos
Clavada de sien a sien por la neuralgia,
Cruza sobre los desiertos
Llena de más allá y de nostalgia
Aquella luna de los muertos.
Aquella luna deslumbrante y seca-
Una luna de la Meca ...

domingo, 28 de agosto de 2011

PABLO NERUDA. SI TU ME OLVIDAS










Quiero  que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos

sábado, 27 de agosto de 2011

NANDIN0, Elìas. QUE ES MORIR?


Morir es 
Alzar el vuelo 
Sin alas
Sin ojos
Y  sin cuerpo.

de ''Eternidad del polvo'', 1970

viernes, 26 de agosto de 2011

NEZAHUALCOYÒTL. SED DE INMORTALIDAD



Me siento fuera de sentido,

Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera!...
Vaya yo donde no hay muerte,
donde se alcanza victoria!
Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera...
lloro, me aflijo, pienso...
digo y recuerdo.

jueves, 25 de agosto de 2011

BORGES, Jorge Luis. EL SUEÑO






Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?

miércoles, 24 de agosto de 2011

RODO, Josè Enrique. LECTURAS. 1872






De la dichosa edad en los albores
amó a Perrault mi ingenua fantasía,
mago que en torno de mi sien tendía
gasas de luz y flecos de colores.

Del sol de adolescencia en los ardores
fue Lamartine mi cariñoso guía.
Jocelyn propició, bajo la umbría
fronda vernal, mis ocios soñadores.

Luego el bronce hugoniano arma y escuda
al corazón, que austeridad entraña.
Cuando avanza en mi heredad el frío,

amé a Cervantes. Sensación más ruda
busqué luego en Balzac... y hoy, ¡cosa extraña!
vuelvo a Perrault, me reconcentro, y río...

martes, 23 de agosto de 2011

NANDINO, Elìas. NOCTURNO A LA LUNA










La luna, que brincó por la ventana,
en el piso del cuarto se restira
rebotando en el muro que la mira
y, del rebote, la penumbra emana.

Su luz, entre las sombras deshilvana
un metálico brillo que delira,
y el espejo sediento le suspira
desde el rincón, como presencia humana.

Perforada la sombra, se estremece,
y el rayo de la luna me parece
escalera pendiente de los cielos.

Y asido a la visión que me rodea,
el afán de mi alma se recrea
al subir por el rayo sus anhelos.


De Color de ausencia, 1932