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domingo, 15 de junio de 2008

ISELLA RUSSELL, Dora. OFRENDA.






















Te doy mi dócil juventud, mi entera
fuente de amor recién amanecida.
Te doy mi soledad, te doy mi herida,
te doy el hambre de mi primavera.

Te doy esta sonrisa verdadera,
esta sonrisa que es como mi vida
un perpetuo ademán de despedida
donde la llama del amor creciera.

Porque para nombrarte me sostengo
en medio de un ralámpago divino,
porque hasta tí desde mi llanto vengo,

porque en mi propio pecho te adivino,
te doy una sonrisa que no tengo
y un ruiseñor de sueños que no vino.

sábado, 14 de junio de 2008

CASTELLANOS. Rosario. SER RÍO SIN PECES















Ser de río sin peces, esto he sido.
Y revestida voy de espuma y hielo.
Ahogado y roto llevo todo el cielo
y el árbol se me entrega malherido.

A dos orillas del dolor uncido
va mi caudal a un mar de desconsuelo.
La garza de su estero es alto vuelo
y adiós y breve sol desvanecido.

Para morir sin canto, ciego, avanza
mordido de vacío y de añoranza.
Ay, pero a veces hondo y sosegado
se detiene bajo una sombra pura.
Se detiene y recibe la hermosura
con un leve temblor maravillado.

jueves, 5 de junio de 2008

DE IBARBOUROU, Juana. DESPECHO



¡Ah, que estoy cansada! Me he reído tanto,tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa palidez que tengo(como en los retratos de viejo abolengo),
es por la fatiga de la loca risa
que en todos mis nervios su sopor desliza.
¡Ah, que estoy cansada! Déjame que duerma,pues como la angustia,
la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?
¡Mentira! No tengo ni dudas,
ni celos,ni inquietud,ni inquietud,   ni angustias,
 ni penas, ni anhelos.
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto…

miércoles, 21 de mayo de 2008

jueves, 15 de mayo de 2008

ISELLA RUSSELL, Dora. LA VENTANA



Mi soneto es apenas la ventana, 
abierta por mi mano y por mi herida
donde me pongo a contemplar la huída
de esa paloma que se va temprana.


¡Cuadrado sobre el tiempo! La mañana
a prisa se va yendo, y no se olvida
el sol primero que encendió la vida,
y la risa del alma está lejana.

Cambió el adiós por hasta luego. Entorno
mi postigo de sueños , y no muero.
Sigo vivendo sin saber que entorno

zumba tal vez el dardo que prefiero.
Pero digo que no. Digo que entorno.
Que no vuelvo a mirar. Y que no quiero.

domingo, 4 de mayo de 2008

ZEQUEIRA Y ARANGO. Manuel. EL MOTIVO DE MIS VERSOS



Canta el forzado en su fatal tormento,
Y al son del remo el marinero canta,
Cantando, al sueño el pescador espanta,
Y el cautivo cantando está contento:

Al artesano en su entretenimiento
Le divierte la voz de su garganta;
Canta el herrero que el metal quebranta,
Y canta el desvalido macilento.

El más infortunado entre sus penas
Con la armónica voz mitiga el llanto,
Y el peso de sus bárbaras cadenas;

Pues si el dulce cantar consuela tanto
Al mísero mortal en sus faenas,
Yo por burlar mis desventuras canto.

lunes, 28 de abril de 2008

DÍAZ BARTLETT. ENTONCES.



Entonces, sí,
cuando era mío el pan de tu palabra
y maduraba
todas sus curvas de botón la rosa
en ese clima nuestro.

Entonces, sí,
cuando escuchábamos juntos
hasta los ecos de ese crecimiento
y de nuestros dos veleros
eran el mas airoso blanco entre los vientos.

Entonces, sí,
cuando las dos palabras tu y yo,
eran no más nosotros
y nos ceñía el alma
como un gran cinturón
con los ocho eslabones más redondos.

Entonces, si,
cuando te sacudía, amada,
desde mi corazón de océano gemebundo,
como jarcia frutal
sobre mi azul verano;
como un marinero árbol,
sonámbulo,
con los duros costados
embarrados de azules por mis manos.
¡Hay mis azules manos, mis azules exhaustos!
¡Todos mis horizontes tienen secos los labios!

Y hoy que no puede ser, hoy que no vivo,
por este corazón te contuviera
en el cuenco impaciente de mis manos;
de mis manos,
húmedas aun
de tu pelo castaño,
quemando la ansiedad de que tu pelo,
se haya humedecido de mis manos.


jueves, 24 de abril de 2008

BORGES, Jorge Luis. EL CÓMPLICE





















Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
Soy el poeta.

ALTOLAGUIRRE, Manuel. AMOR OSCURO



Si para ti fui sombra
cuando cubrí tu cuerpo,
si cuando te besaba
mis ojos eran ciegos,
sigamos siendo noche,
como la noche inmensos,
con nuestro amor oscuro,
sin límites, eterno...
Porque a la luz del día
nuestro amor es pequeño.

miércoles, 23 de abril de 2008

BORGES, Jorge Luis. AMOROSA ANTICIPACIÓN



Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta 
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso 
                                                      y tácito de niña, 
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios 
serán favor tan misterioso 
como mirar tu sueño implicado 
en la vigilia de mis brazos. 
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria 
                                                                        del sueño, 
quieta y resplandeciente como una dicha que 
                                                              la memoria elige, 
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes. 
Arrojado a quietud, 
divisaré esa playa última de tu ser 
y te veré, por vez primera, quizá, 
como Dios ha de verte, 
desbaratada la ficción del Tiempo, 
sin el amor, sin mí.

martes, 15 de abril de 2008

AGUSTINI, Delmira. CEGUERA



Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé...
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.

¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!

miércoles, 2 de abril de 2008

CORTAZAR, Julio. NOCTURNO




Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

(esto de los caballos me recuerda a cierto relato)

viernes, 28 de marzo de 2008

DOBLES, Fabián. ABISMO DE TI


No estas ni en mi soledad.
De tanto que te soñaba,
te aislé de toda palabra,
te morí de mis sentidos
y te fugué hasta del alba.
Por mi tuya soledad
y tu nuestra voz de abismos,
mi sueño aun vive de ti.
Mas no vives en mi sueño.
Yo deshabité tu forma
soñándote hasta la nada
intacta y de nadie, toda
en tu gracia contenida
pero, de soñarte, sola.
Eres, si de alguien, de tí,
pero ya no se como eres.
Corazón de los abismos,
te me vas de entre los sueños
arrancada de mis ojos,
sola de mis agonías,
y viva, pues viva siempre,
de una soledad perfecta.

Que por hacerte nacer
tu te mueres, de tan viva,
te me fugas, de tan cierta.

miércoles, 26 de marzo de 2008

DE MORAES, Vinicius. AUSENCIA



Dejaré que muera en mí el deseo
de amar tus ojos dulces,
porque nada te podré dar sino la pena
de verme eternamente exhausto.
No obstante, tu presencia es algo
como la luz y la vida.
Siento que en mi gesto está tu gesto
y en mi voz tu voz.
No quiero tenerte porque en mi ser
todo estará terminado.
Sólo quiero que surjas en mí
como la fe en los desesperados,
para que yo pueda llevar una gota de rocío
en esta tierra maldita
que se quedó en mi carne
como un estigma del pasado.
Me quedaré... tu te irás,
apoyarás tu rostro en otro rostro,
tus dedos enlazarán otros dedos
y  te desplegarás en la madrugada,
pero no sabrás que fui yo quien te logró,
porque yo fui el amigo más íntimo de la noche,
porque apoyé mi rostro en el rostro de la noche
y escuché tus palabras amorosas,
porque mis dedos enlazaron los dedos
en la niebla suspendidos en el espacio
y acerqué a mí la misteriosa esencia
de tu abandono desordenado.
Me quedaré solo como los veleros
en los puertos silenciosos.
Pero te poseeré más que nadie
porque podré irme
y todos los lamentos del mar,
del viento, del cielo, de las aves,
de las estrellas, serán tu voz presente,
tu voz ausente, tu voz sosegada.

domingo, 23 de marzo de 2008

DRUMMOND de ANDRADE, Carlos. Dulce fantasma, ¿porque me visitas...




Dulce fantasma, ¿por qué me visitas
como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban?


Me roza la piel tu transparencia, me invita
a rehacernos caricias imposibles: nadie
recibió nunca un beso de un rostro consumido.
Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz,
la misma voz, el mismo timbre,
las mismas leves sílabas,
y aquel largo jadeo
en que te desvanecías de placer,
y nuestro final descanso de gamuza.
Entonces, convicto,
oigo tu nombre, única parte tuya indisoluble
música pura en continua existencia.
¿A qué me abro?, a ese aire imposible
en que te has convertido
y beso, beso esa nada intensamente.

sábado, 15 de marzo de 2008

AGUSTINA, Delmira. ANILLO



Raro anillo que clarea,
Raro anillo que sombrea
Una profunda amatista.
Crepúsculo vespertino

Que en tu matinal platino
Engarzó espléndido artista.
El porvenir es de miedo...
¿Será tu destino un dedo

De tempestad o de calma?
Para clararte y sombrearte,
¡Si yo pudiera glisarte
En un dedo de mi alma!...

martes, 4 de marzo de 2008

TORRES BODET. Jaime. CANCION DE LAS VOCES SERENAS



 Se nos ha ido la tarde
en cantar una canción,
en perseguir una nube
y en deshojar una flor.
Se nos ha ido la noche
en decir una oración,
en hablar con una estrella
y en morir con una flor.
Y se nos irá la aurora
en volver a esa canción,
en perseguir otra nube
y en deshojar otra flor.
Y se nos irá la vida
sin sentir otro rumor
que el del agua de las horas
que se lleva el corazón...

lunes, 25 de febrero de 2008

martes, 12 de febrero de 2008

ALTOLAGUIRRE, Manuel .CONTIGO



No estás tan sola sin mí.
Mi soledad te acompaña.
Yo desterrado, tú ausente.
¿Quién de los dos tiene patria?

Nos une el cielo y el mar.
El pensamiento y las lágrimas.
Islas y nubes de olvido
a ti y a mí nos separan.

¿Mi luz aleja tu noche?
¿Tu noche apaga mis ansias?
¿Tu voz penetra en mi muerte?
¿Mi muerte se fue y te alcanza?

En mis labios los recuerdos.
En tus ojos la esperanza.
No estoy tan solo sin ti.
Tu soledad me acompaña.

domingo, 10 de febrero de 2008

HEREDIA, José María. EN EL TEOCALI DE CHOLULA

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Muda y desierta,
ahora te ves, pirámide. Mas vale
que semanas de siglos yazcas yerma,
y la superstición a quien serviste
en el abismo del infierno duerma!
A nuestros nietos últimos empero
sé lección saludable, y hoy al hombre
que ciego en su saber fútil y vano
al cielo, cual titán , truena orgulloso,
sé ejemplar ignominioso
de la demencia y del furor humano.











viernes, 8 de febrero de 2008

lunes, 4 de febrero de 2008

PAZ, Octavio. POESÍA



Llegas, silenciosa, secreta,
y despiertas los furores, los goces,
y esta angustia
que enciende lo que toca
y engendra en cada cosa
una avidez sombría.

El mundo cede y se desploma
como metal al fuego.
Entre mis ruinas me levanto,
solo, desnudo, despojado,
sobre la roca inmensa del silencio,
como un solitario combatiente

Verdad abrasadora,
¿a qué me empujas?
No quiero tu verdad,
tu insensata pregunta.
¿A qué esta lucha estéril?
No es el hombre criatura capaz de contenerte,
avidez que sólo en la sed se sacia,
llama que todos los labios consume,
espíritu que no vive en ninguna forma
mas hace arder todas las formas. contra invisibles huestes.

Subes desde lo más hondo de mí,
desde el centro innombrable de mi ser,
ejército, marea.
Creces, tu sed me ahoga,
expulsando, tiránica,
aquello que no cede
a tu espada frenética.

Ya sólo tú me habitas,
tú, sin nombre, furiosa substancia,
avidez subterránea, delirante.

Golpean mi pecho tus fantasmas,
despiertas a mi tacto,
hielas mi frente,
abres mis ojos.

Percibo el mundo y te toco,
substancia intocable,
unidad de mi alma y de mi cuerpo,
y contemplo el combate que combato
y mis bodas de tierra.

Nublan mis ojos imágenes opuestas,
y a las mismas imágenes
otras, más profundas, las niegan,
ardiente balbuceo,
aguas que anega un agua más oculta y densa.
En su húmeda tiniebla vida y muerte,
quietud y movimiento, son lo mismo.

Insiste, vencedora,
porque tan sólo existo porque existes,
y mi boca y mi lengua se formaron
para decir tan sólo tu existencia
y tus secretas sílabas, palabra
impalpable y despótica,
substancia de mi alma.

Eres tan sólo un sueño,
pero en ti sueña el mundo
y su mudez habla con tus palabras.
Rozo al tocar tu pecho
la eléctrica frontera de la vida,
la tiniebla de sangre
donde pacta la boca cruel y enamorada,
ávida aún de destruir lo que ama
y revivir lo que destruye,
con el mundo, impasible
y siempre idéntico a sí mismo,
porque no se detiene en ninguna forma
ni se demora sobre lo que engendra.

Llévame, solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con aceite,
para que al conocerte me conozca.

miércoles, 30 de enero de 2008

miércoles, 23 de enero de 2008

DRUMMOND de ANDRADE, Carlos. CANTO ÓRFICO







La danza ya no suena,
la música dejó de ser palabra,
el cántico creció del movimiento.
Orfeo, dividido, anda en busca
de esa unidad áurea que perdimos.

Mundo desintegrado, tu esencia
reside tal vez en la luz, más neutra ante los ojos
desaprendidos de ver; y bajo la piel,
¿qué turbia imporosidad nos limita?
De ti a ti, abismo; y en él, los ecos
de una prístina ciencia, ahora exangüe.

Ni tu cifra sabemos. Ni aun captándola
tuviéramos poder de penetrarte. Yerra el misterio
en torno de su núcleo. Y restan pocos
encantamientos válidos. Quizás
apenas uno y grave: en nosotros
tu ausencia retumba todavía, y nos estremecemos
y una pérdida se forma de esas ganancias.

Tu medida, el silencio la ciñe, la esculpe casi,
brazos del no-saber. Oh fabuloso
udo paralítico sordo nato incógnito
la raíz de la mañana que tarda, y tarde,
do la línea del cielo en nosotros se esfuma,
tornándonos extranjeros más que extraños.

En el duelo de las horas, tu imagen
atraviesa membranas sin que la suerte
se decida a escoger. Las artes pétreas
recógense a sus tardos movimientos.
En vano: ellas no pueden ya.Amplio, vacío
                                             
             
un espacio estelar contempla signos
que se harán dulzura, convivencia,
espanto de existir, y mano anchurosa
recorriendo asombrada otro cuerpo.

La música se mece en lo posible,
en el finito redondo, donde se crispa
una agonía moderna. El canto es blanco,
huye a sí mismo, ¡vuelos! palmas lentas
sobre el océano estático: balanceo
del anca terrestre, segura de morir.

¡Orfeo, reúnete! llama tus dispersos
y conmovidos miembros naturales
y límpido reinaugura
el ritmo suficiente que, nostálgico,
en la nervadura de las hojas se limita,
cuando no forma en el aire, siempre estremecido,
una espera de fustes, sorprendida.

Orfeo, danos tu número
de oro, entre apariencias
que van del vano granito a la linfa irónica.
lntégranos, Orfeo, en otra más densa
atmósfera del verso antes del canto,
del verso universo, lancinante
en el primer silencio,


promesa del hombre, contorno aún improbable
de dioses por nacer, clara sospecha
de la luz en el cielo sin pájaros,
vacío musical a ser poblado
por el mirar de la sibila, circunspecto.


Orfeo, te llamamos, baja al tiempo
y escucha:
sólo al decir tu nombre, ya respira
la rosa trimegista, abierta al mundo.

lunes, 21 de enero de 2008

GARCÍA, Serafín J. CUERPIADA. (Tacuruses)





Sos cumba, chirusa: Tata Dios pa´hacerte,

tuvo la cachaza de parar rodeo
al lote de cosas mas lindas del mundo
y a la tropa'e luces que empilchan el cielo.

Campió entre sus noches la mas renegrida,
pulió su negrura con briyo'e luceros,
y en finas hebritas la jué deshilando
pa formar con eyas la mata 'e tu pelo.

Mesturó tu carne con raspa de luna,
robó a los mimbrales gracias pa tu cuerpo
y en ves de dos ojos prendió en tu carita
dos soles gurises emponchaos de negro.

Redochó su cencia p'hacer tus caderas;
con maña y esmero redondió tus senos;
y tal po'el gusto de chasquiar avispas,
disfrazó e' malvones tus labios de juego...

Sos cumba, no hay duda. ¿Pero 'e que te vale
si tenés el alma lo mesmo que un yelo,
si nunca una sola miajita e' ternura
te puso su chispa de amor en tu pecho?

¡No se pa que pucha te sirve ser linda
si no hay en tu duro corazón un hueco
ande 'l sentimiento se cuaje en dulzuras
y se abra fragante la flor de un afecto!

Campiá a otro mas sonzo. Yo no m'e encalacro.
El briyo 'e tus ojos no ahuyentan mis sueños
¿ o crees por su acaso que soy barbuleta
pa dir a quemarme las alas en eyos?

¡Erraste e´l mingaso! ¡ A mi pa boliarme,
precisa que me hagan un tiro mas cierto!
¡Yo quiero una china que sienta y comprienda
la voz del boyero que yevo en el pecho!