Pastor de soledades y de hastíos
en prados de silencio, va mi vida
cada vez más cansada y escondida,
sin agitar sus sosegados ríos.
Pastor de otoños cada vez más fríos
en campos de mi ser, a la partida
de aquella juventud, tan florecida,
y hoy ya tan lejos de los sueños míos.
Y ayer, pastor de anhelos inasibles !
Y en montañas de Dios, y en puros cielos,
levantando en alturas imposibles,
pastor de exaltaciones y victorias
y hoy, oprimido entre estos cuatros muros,
nada más que pastor de altas memorias !