Tango milongón,
corazón del arrabal;
eres como una viruta musical,
como una viruta de bandoneón.
Como una queja que se estira
produciendo escozor y placer;
eres una música que se respira,
que tiene forma curva y que huele a mujer.
Música primitiva pero civilizada,
que calienta la sangre y emborracha a las gentes;
una música rara,
que se acompaña con el cuerpo,
y con los labios, y con los dientes,
como si se mascara.
Pegajosa como la miel,
y que fatiga sin fatigar;
resbala por los nervios como por un riel,
y se baila con los cinco sentidos
puestos en el bailar.
Tango:
por entre la cadencia de tu música queda
yo palpo la dureza viva del arrabal,
como por entre una vaina de seda
la hoja de un puñal.
Tango milongón,
tango compadrón
que a pesar de bailarse con todas las ganas
se baila como sin ganas,
como en carriles de lentitud:
eres un estado de alma de la multitud.
corazón del arrabal;
eres como una viruta musical,
como una viruta de bandoneón.
Como una queja que se estira
produciendo escozor y placer;
eres una música que se respira,
que tiene forma curva y que huele a mujer.
Música primitiva pero civilizada,
que calienta la sangre y emborracha a las gentes;
una música rara,
que se acompaña con el cuerpo,
y con los labios, y con los dientes,
como si se mascara.
Pegajosa como la miel,
y que fatiga sin fatigar;
resbala por los nervios como por un riel,
y se baila con los cinco sentidos
puestos en el bailar.
Tango:
por entre la cadencia de tu música queda
yo palpo la dureza viva del arrabal,
como por entre una vaina de seda
la hoja de un puñal.
Tango milongón,
tango compadrón
que a pesar de bailarse con todas las ganas
se baila como sin ganas,
como en carriles de lentitud:
eres un estado de alma de la multitud.